lunes, noviembre 25, 2024
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Escalofriante!: Una joven de 19 años asegura que ve gente muerta

 

Con apenas cinco años, Vada Green vivió uno de los episodios más extraños de su vida: un convicto escapó de una prisión local, entró en la casa de su familia y la persiguió por las escaleras. Ahora, con 19 años, ella recuerda el incidente con mucha claridad y no duda al afirmar que ese hombre era en realidad un fantasma y que ella era la única que podía verlo.

El relato puede parecer descabellado pero la joven es una de los 18 millones de británicos que asegura ver fantasmas. Según los expertos, ver esas presencias durante la infancia no es tan raro como la gente piensa.

Uno de los famosos que aseguró que solía conversar con espíritus cuando era chico es Robbie Williams. El cantante reconoció que escribió su exitosa canción “Angels” como homenaje a ellos y rememoró que cuando solía charlar con las personas muertas, asustaba a sus padres.

El médium psíquico Blair Robertson explicó al medio inglés The Sun que los nenes pueden ver espíritus porque “no tienen las limitaciones de la vida y los sistemas de creencias instalados de los adultos”. “No se les enseñó que los fantasmas no existen por lo que esa limitación no está ahí”, indicó.

“Hay una posibilidad de que nuestros seres queridos fallecidos nos estén vigilando. Estoy absolutamente convencido de que explotan esta ‘apertura’ para visitar a los más chicos en particular”, consideró.

Así sucedió con Vada, una community manager de Surrey, quien ve personas muertas desde que es una nena. La joven relató que su mamá se asustaba porque de nena solía saludar a una anciana que sus padres no podían ver.

“Salíamos a la entrada de la casa y yo saludaba y les decía que la mujer estaba parada ahí, mirándonos. Nos mudamos y mi mamá encontró fotos en un cajón, que fueron dejadas por los dueños anteriores; y ella me contó que señalé a una jubilada en una de las fotos y dije que era la señora que veía en la casa anterior”, afirmó.

Al crecer, la mujer vio muchos fantasmas. Cuando se mudó a una vieja casa adosada victoriana en Nerfolk cuando tenía cinco o seis años, despertó en medio de la noche y vio una mujer sentada junto a su cama.

En otras ocasiones, Vada estaba en su cuarto y dos nenas de su edad venían a jugar con ella. “Bajé las escaleras y le dije a mi mamá que estaba muy sorprendida porque una prima de mi papá tenía dos hijas y una de ellas murió de cáncer a esa edad. Ella creía que vi a mi prima a quien nunca había conocido”, explicó.

La joven reconoció que los fantasmas a veces le hacían sentir miedo, como sucedió con el suegro de su abuela. La mujer vivía en una casa construida por la pareja en unas tierras que eran propiedad del padre de su nuevo marido. Cuando Vada tenía 11 años, solía visitarla y quedarse en una de las habitaciones, donde veía que distintos elementos se movían por el patio y terminaba durmiendo con su abuela.

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