Berlín celebró los 25 años de la caída del Muro
En la Puerta de Brandeburgo, símbolo de la unidad alemana, miles de personas se instalaron desde temprano para escuchar los primeros conciertos y participar de los actos y exposiciones sobre la historia del país.
El mundo posó nuevamente sus ojos sobre Alemania al cumplirse el 25º aniversario de la caída del Muro de Berlín, que lo conmemoró con una masiva fiesta popular repleta de actividades para celebrar un hito histórico que marcó el preludio de la reunificación alemana once meses más tarde y el fin de la Guerra Fría. “La caída del Muro nos enseñó que los sueños se pueden hacer realidad, que nada debe permanecer tal y como está, por muy grandes que sean los obstáculos. Podemos cambiar las cosas, ese es el mensaje de la caída del Muro”, celebró la canciller alemana, Angela Merkel, durante uno de los actos que marcaron la maratónica jornada. Cerca de dos millones de alemanes y extranjeros siguieron y participaron de diferentes eventos, recorridos y celebraciones más descontracturadas en algunos barrios de la capital, pero ninguno se perdió la suelta de unos 7 mil globos iluminados, que marcó el cierre de un aniversario que quedará en la memoria.
Del acto participaron el presidente federal, Joachim Gauck; el presidente del Parlamento Europeo, el alemán Martin Schulz; el alcalde de Berlín, Klaus Wowereit; el último presidente de la Unión Soviética, Mijail Gorbachov; y el primer presidente de la Polonia post-soviética y Premio Nobel de la Paz, Lech Walesa. Los dos últimos dirigentes, símbolos de la caída de la Unión Soviética y del fin de la Guerra Fría, se llevaron la ovación principal de la jornada: fueron recibidos de pie y con un estruendoso aplauso en la sala Konzerthaus de la capital alemana, donde acudieron a un concierto aniversario.
Gorbachov, considerado en Alemania uno de los responsables de la reunificación del país gracias a sus políticas de apertura y transparencia en la Unión Soviética, ya había sido premiado antes por la fundación Cinema for Peace. “Presidente Gorbachov, usted cambió para siempre el mundo y la dinámica de las relaciones internacionales”, dijo el actor Adrian Brody en un discurso ante 300 invitados. “El mundo nunca olvidará lo que hizo”, agregó.
El también Premio Nobel de la Paz aprovechó su discurso al recibir el galardón para subrayar la importancia de la reunificación alemana en 1990 para las relaciones entre Occidente y Oriente. “Fue un hito en el proceso hacia el fin de la Guerra Fría. Abrió nuevas perspectivas para el mundo y en particular para Europa”, sostuvo el último líder soviético, de 83 años. Gorbachov acusó a Occidente de violar el espíritu de 1989 por la escalada de tensión con Rusia en Ucrania, y advirtió que la situación deja al mundo al borde de otra Guerra Fría.
El cierre de la jornada, multitudinaria y emotiva, fue apenas el final de una larga serie de actos, conciertos y conmemoraciones. A las 19.20 hora local (15.20 de la Argentina), los globos inflados con helio, que habían sido colocados el viernes a lo largo de 15 de los 155 kilómetros del antiguo Muro y que fueron bautizados como Lichtgrenze (“Frontera luminosa”), fueron soltados al aire repitiendo de forma simbólica la eliminación de la frontera que dividió Berlín por 28 años.
Durante la tarde, la Puerta de Brandeburgo, símbolo de la unidad alemana, fue el escenario del principal evento musical del día, con un concierto de la orquesta Staatskapelle dirigida por Daniel Barenboim y música de otras estrellas de la música alemana e internacional. La orquesta aportó otra cuota de emoción al tocar la Octava Sinfonía de Ludwig van Beethoven, la “Oda a la alegría”, himno de la Unión Europea (UE).
Una marea humana, salpicada por las lucecitas de los celulares que intentaron retratar cada uno de los momentos del conmovedor aniversario, los escuchaba con una mezcla de emoción –especialmente entre los más veteranos que no lograron contener las lágrimas– y la alegría indisimulable de los más jóvenes que trepaban a los árboles y creaban ritmos de percusión con todo lo que tenían mano. A pesar del frío que caló los huesos, la noche fue una fiesta, aun cuando los primeros globos luminosos quedaron trabados, poniendo en duda la conocida perfección alemana.
Desafiando el frío y la amenaza constante de lluvia, desde bien temprano, en la Puerta de Brandeburgo, miles de personas se instalaron para escuchar los primeros conciertos de estrellas locales de rock, pop y rap local, y recorrer una exposición multimedia temporal sobre la historia alemana. Asimismo, se realizó un homenaje a las “Víctimas del Muro”, las casi 400 personas asesinadas mientras intentaban saltar el espeso muro fronterizo.
Todos los museos que recuerdan la historia del Muro estuvieron desbordados por la enorme afluencia, berlineses y turistas pudieron disfrutar de la exposición al aire libre 100 Wall Stories, con puestos cada 150 metros en toda la ciudad para descubrir la historia de Alemania con textos, fotos y audios.
Sin lugar a dudas, el epicentro de la jornada se vivió entre la Puerta de Brandeburgo y el parque Tiergarten, donde decenas de miles de personas esperaron desde temprano los conciertos mientras disfrutaron de delicias locales en los puestos ambulantes instalados, principalmente la salchicha curry wurts, acompañada con cerveza o gluhwein (vino caliente).
En cambio, los turistas extranjeros prefirieron fotografiarse con falsos soldados rusos, estadounidenses o franceses –quienes sellaron falsos pasaportes, como en los años del Muro–, o recorrer el Cheekpoint Charlie, la East Side Gallery (el tramo más largo y colorido del Muro en el oeste de la ciudad) o el Museo del Muro en Bernauerstrasse.
La conmemoración del 25º aniversario de la caída del Muro no contó con invitados oficiales extranjeros, símbolo del orgullo alemán por haber dejado de lado la división y haber obtenido un éxito económico fulgurante que la convirtió en la primera potencia europea.