Adolescencia, depresión y redes sociales: recomendaciones para alertar a tiempo los casos fatales
Un nuevo caso de suicidio revivió el debate sobre sobre la depresión en los jóvenes y el uso de las redes sociales. En Malasia una adolescente de 16 años que publicó una encuesta en Instagram sobre si debía vivir o morir se quitó la vida después de que la mayoría de sus seguidores votarán a favor de la segunda opción.
La peligrosa relación entre depresión y redes sociales es un tema que se debate cada vez más. En este sentido, en la Argentina existe un organismo que dirige medidas de prevención sobre el suicidio en adolescentes.
Juan Carlos Escobar, coordinador del Programa Nacional de Salud Integral en la Adolescencia de la secretaría de Salud, señaló a Télam que en el país se “se trabajan distintas estrategias en relación a la prevención del suicidio de adolescentes”.
Al respecto, se refirió al sitio “Hablemos de Todo” (hablemosdetodo.gob.ar) que está dirigido a adolescentes y jóvenes. En la página se pueden consultar diversos temas como grooming, sexualidad, relaciones sin violencia, consumos problemáticos y prevención del suicidio.
De igual forma, indicó que más allá de las redes sociales una de las claves en este tema “es la presencia y el acompañamiento de los adultos en la vida de los chicos”.
Por último recordó que existen guardias en los servicios de salud mental de los diferentes hospitales públicos. la Ciudad y provincia de Buenos Aires funciona la línea telefónica gratuita del Centro de Atención al Suicida (135), así como el (54-11) 5275-1135 las 24 horas del día.
El caso de Malasia
“Es muy importante, ayúdame a elegir entre D/L“, escribió la adolescente en Instagram. La letra D se refiere a “death” (“muerte”) y la L a “life” (“vida”). El 69% de los participantes votaron por la segunda opción y el 31% por la primera, según la Policía de Malasia. Es el caso de la chica que optó por quitarse la vida tras recibir las respuestas de sus seguidores.
El hecho sorprendió al país del Sudeste Asiático y varios dirigentes políticos pidieron una investigación “para evitar otros abusos en las redes sociales en circunstancias parecidas en el futuro”.
Por su parte Ching Yee Wong, la encargada de comunicaciones de Instagram para Asia Pacífico, transmitió su pésame a la familia. Además, reconoció que la red social, propiedad de Facebook, tiene “la importante responsabilidad de asegurarse de que la gente que la utiliza se sienta segura y apoyada“.
“Instagram ayudó a matar a mi hija”
Otro caso de suicidio de una chica y el uso de Instagram se dio a conocer al principio del año en Reino Unido. Luego de que su hija se quitó la vida, Ian Russell buscó cuales fueron los motivos que empujaron a la nena a tomar esa drástica decisión y encontró algo que para él fue revelador.
En una entrevista para la BBC, el hombre explicó que rastreó las búsqueda de Molly en Instagram y tras notar algunas señales procuró entender el funcionamiento de los logaritmos de la plataforma.
Ian explicó que su hija en algún momento de depresión utilizó el hash #Selfharm (autolesiones) en una publicación y desde ahí Instagram comenzó a sugerirle más de esa misma temática tales como #Suicide. Así, la chica quedó envuelta en un círculo de recomendaciones que la hundieron aún más en sus sentimientos depresivos.
Molly, su nena, sufría de depresión y el uso inadecuado de internet y los logaritmos de las redes no la ayudaron a superarlo, todo lo contrario. “Mi hija tenía mucho por ofrecer. Y todo se esfumó. Tenemos que aceptarlo. Lo duro es que todo se esfumó con la ayuda de internet y las redes sociales“, advirtió Ian.
Sobre este caso, Ged Flynn, director de Papyrus, una organización para la prevención del suicidio entre jóvenes, señaló a la BBC: “Si un algoritmo de una red social está programado para ofrecer más contenido del mismo tipo que se ha buscado, en ciertos casos tiene que ser más cuidadoso que cuando se busca, por ejemplo, el término ‘flores'”.
“Instagram debe plantearse seriamente cambiar sus algoritmos para salvar vidas. Y lo tiene que hacer ya”, concluyó.
