IOMA incorpora prácticas y tratamientos médicos que se hacían por excepción
Después de tres meses de conversaciones, el IOMA acordó con la Agremiación Médica Platense, el CEMIBO, las sociedades científicas y las clínicas bonaerenses un nuevo nomenclador para la cobertura de salud de los afiliados a la obra social provincial.
De esta manera se incorporan al convenio numerosas prácticas que no estaban contempladas y que frente a la prescripción de un profesional el paciente debía pasar por la odisea de un trámite de excepción: en lugar de que la autorización fuera directa recién podía realizarse el tratamiento una vez que el directorio del Instituto lo aprobara, después de largos días y con el riesgo, incluso, de que lo vetara.
Regía, hasta ahora, un nomenclador que había cumplido más de 60 años (confeccionado en 1958), con la existencia de prácticas tan obsoletas que hacía muchos años que no se llevaban a cabo y la ausencia de otras que son desde hace tiempo de uso frecuente en los tratamientos médicos.
La desactualización de las prácticas acordadas era tal que los profesionales, mientras que la ciencia y la tecnología avanzaban, debían “dibujar” los nuevos procedimientos con los códigos que disponían. “Se facturaba a similitud, y `a similitud´ es mentir, lo que podía traer consecuencias legales graves”, ejemplificó el presidente del CEMIBO, Eduardo Martiarena, una de las dificultades que enfrentaban los profesionales a la hora de liquidar honorarios.
Para llegar a este nuevo listado de prácticas y consultas médicas se llevó adelante un trabajo mancomunado. Fueron las sociedades científicas las principales autoras de la reforma, mientras que los gremios (la AMP y CEMIBO) se pusieron al hombro la gestión y el IOMA revisó el antiguo nomenclador, le mostró a las entidades en que se iba gran parte de sus gastos y finalmente se firmó lo que dieron en llamar un Acuerdo Multilateral de Gestión y Colaboración, que beneficiará, coincidieron los médicos y la obra social, no sólo a los profesionales sino también a los afiliados.
Según se resaltó, al nomenclador renovado en consultas e intervenciones se llegó a partir de un sinceramiento de los gastos por parte del IOMA, ya que gran parte de los recursos de la obra social, justamente por excluir prácticas médicas habituales, se iban en acciones de amparo y trámites de excepción. A partir de ahora, esos fondos irán al sistema de cobertura.
Para que el acuerdo cobre la formalidad que requiere, resta que pase por la revisión de los organismos de la Constitución de la Provincia. Se descarta, no obstante, que ese trámite se sorteará sin obstáculos.
Si bien no se brindaron precisiones sobre la cantidad de prácticas que se incorporaron, las que desaparecieron y las que permanecen vigentes, para representar la importancia de la actualización se señaló que el nuevo nomenclador se desarrolló en 192 páginas. Ocurre que cuando se elaboró el listado original no existían, por mencionar sólo algunas de los cientos de prácticas actuales, los estudios con resonancia magnética o con tomografía ni tampoco las intervenciones laparoscópicas.
Otro ejemplo de los escasos códigos con los que contaban para facturar los médicos conveniados con el IOMA es el de la cirugía de cadera: estaba nomenclado el implante de la prótesis, pero no la revisión posterior en el caso de tener que volver a operar aunque la práctica no fuera la misma y entonces, a la hora de realizar la liquidación para cobrar los aranceles, los profesionales tenían que recurrir al único código que había.
Este acuerdo, con el cual se creó, asimismo, una comisión multilateral de supervisión de los valores de las distintas prácticas, contempla el compromiso de realizar una revisión periódica del nomenclador. Ahora, dentro de tres meses, se hará el primer balance para determinar los errores que deberán corregirse. (Diario El Día)