Por qué comer incluso un poco de carne roja “aumenta el riesgo de cáncer”
Incluso cantidades pequeñas de carne roja y procesada —como por ejemplo, una loncha de tocineta o de jamón al día— puede aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de colon.
Esta es la conclusión de un nuevo estudio de la Universidad de Oxford, financiado por la ONG Cancer Research, en Reino Unido, que añade evidencia sobre el daño que causa consumir carne roja.
¿Pero cuán grande es el riesgo? ¿Cuánto es exactamente mucha carne roja? ¿Y qué la hace dañina?
Tras analizar información de cerca de medio millón de personas a lo largo de seis años, los investigadores descubrieron que 2.609 personas desarrollaron cáncer colorrectal.
Según estiman, consumir 3 lonchas de tocineta por día en vez de una puede aumentar el riesgo de cáncer colorrectal en 20%.
Por cada 10.000 personas (que participaron en el estudio) que consumieron 21 gramos por día de carne roja y procesada, 40 fueron diagnosticados con cáncer de colon.
La cifra comparable para aquellos que consumieron 76 gramos al día, fue 48.
De acuerdo al Servicio Nacional de Salud Británico (NHS, por sus siglas en inglés), 76 gramos de carne roja cocida es el equivalente a un solomillo (el corte de carne de la zona lumbar) de poco más de 250 gramos.
Una loncha de jamón o de tocineta equivale 23 gramos de carne procesada.
Los investigadores no tienen claro qué cantidad puede considerarse como mucha. Según Cancer Research, 5.400 casos de cáncer de colon de los 41.804 que se registran cada año en Reino Unido pueden prevenirse si la gente deja de consumir carne procesada.
El Departamento de Salud británico recomienda a quienes comen más de 90 gramos de carne roja y procesada al día, reducir la ingesta a 70 gramos.
Las carnes procesadas —incluidas las salchichas, la tocineta, los chorizos y el salami— están modificadas para prolongar su fecha de caducidad o su sabor.
Los principales métodos que se utilizan en este proceso son la técnica de ahumado, curado o la adición de sal y preservativos.
Se cree que las sustancias químicas involucradas en estos procesos pueden aumentar el riesgo de cáncer.
Las altas temperaturas que se alcanzan durante la cocción, como por ejemplo en un asado, también pueden crear químicos cancerígenos.
En el caso de carnes rojas como la res, el cordero y el cerdo, se estima que una de las proteínas (la que les da el color rojo) puede dañar el intestino cuando se procesa.
Pero los investigadores están aún tratando de entender más en profundidad esta relación. (BBC)