Denuncian por violación a un funcionario de La Pampa
Los coletazos del testimonio de la actriz Thelma Fardín, que denunció a su colega Juan Darthés, llegaron a La Pampa.
Una joven miliantante de La Cámpora, inspirada en aquel caso, denunció públicamente que fue violada por el director de Casas de Juventud de La Pampa, Nicolás Roó.
La organización política ya decidió echar al acusado. La misma postura tomaron las autoridades provinciales, según confirmaron a El Diario desde Casa de Gobierno.
“Abrazamos a la compañera y subrayamos su valentía al no callar los episodios de violencia vividos”, indicó La Cámpora a través de un comunicado de prensa. Aunque -según el testimonio de la víctima, oriunda de Victorica y que reside actualmente en Córdoba capital- en su momento no la contuvieron ni tampoco habían apartado a Roó.
El testimonio de la víctima, de 19 años de edad, que dejó en la red social Facebook es el siguiente:
– “Hace unos días me decidí a escribir esta publicación tratando de detallar una serie de situaciones que viví con un varón. Ocurrieron ya hace bastante tiempo, pero desde entonces vuelven a mí en forma de tristeza y asco. Me decidí porque más allá de todo el miedo al ‘qué dirán’ que me produce contarlo, mayor es el grado de preocupación y enojo que me invaden cuando veo que un tipo que ya se maneja sexual afectivamente así, sigue impune rodeado de mujeres que no tienen idea de quién es”.
– Hablo de Nicolás Roó. Lo conocí cuando empecé a militar en La Cámpora (Santa Rosa) a los 17 años. Se presentaba como referente de la juventud. Su imagen de autoridad me generaba mucho respeto. Me importaba mucho como él me viera. Es decir, hoy puedo decir que desde el principio existió una relación de poder muy fuerte. Me hacía sentir que no sabía nada ante él, ‘un militante lleno de experiencia’. Puntualmente la relación sexo afectiva que tuve con él, que en realidad no fue más que de opresión y coerción, comenzó cerca de marzo de 2017 (no recuerdo con exactitud). La primera vez que estuve con Nicolás Roó fue consensuado, pero las siguientes fueron por presión, negación de libertad o forzadas explícitamente. Fueron muchas pero trato de relatar brevemente las más violentas que recuerdo.
– Una vez mostrándome un galpón de un privado, en el cual tenla ‘un futuro proyecto’, mientras estaba mirando los alrededores me tomó, me tumbó hacia el suelo y contra la tierra con piedras me penetró hasta acabar. Otra vez fue llevándome a mi casa, estacionó el auto, y aunque dije que no, continuó amarrándome fuerte con sus manos y brazos. Luego paró el auto, salimos y me violó contra él. Cuando entendí que ante mi negación siempre conseguía lo que quería, con el tiempo mi cuerpo sólo se dejaba guiar por los deseos del suyo. Cabe aclarar que es corpulento y pesado y tiene mucha superioridad física sobre mí.
– Otra ocasión fue en su departamento (como otras tantas) en una de las veces que me quedé sin llave para ir a casa. Como siempre me quedé con la condición de no tener sexo, igual lo terminaba complaciendo por miedo a su reacción siendo que él posee la llave del departamento, que también necesitaba para salir a la calle. Esta vez en particular, me practicó sexo anal, sin consultarme, sin hacer caso a mi negación, ni a mi cuerpo y brazos intentando apartarlo. Por su peso no puede hacer nada y sólo me quedé inmóvil hasta que terminara.
– Cuando lo hizo y noté que dormía, me fui, esperé largo rato (ni siquiera note cuanto estuve) junto a la entrada del edificio esperando que alguien saliera así poder irme. Esta vez me sentí violada, aunque ya lo estaba siendo hace rato y lo negaba, incluso una vez que me negué a tener sexo y Nicolás frente a la puerta no me dejaba ir, me tomó a la fuerza y me violó frente a un espejo, se lo conté mi mejor amiga cómo una anécdota excitante y de juego, como fetiche de forcejeo, todo era una negación de la mierda que pasé con ese desgraciado”.