Gases lacrimógenos en París contra una nueva protesta de los “chalecos amarillos”
Los “chalecos amarillos” mantienen su pulso con el Gobierno francés. Por tercer sábado consecutivo, la protesta ha degenerado en choques entre manifestantes y fuerzas antidisturbios en el centro de la capital francesa.
Según fuentes de Interior, las detenciones ascienden a 158, algunas de las cuales implicaron a individuos que acudieron armados con objetos que podían ser utilizados de forma violenta, como martillos.
Los alrededores de los Campos Elíseos se han convertido en un escenario de guerra, cubierto por una masa de gases lacrimógenos y humo por los numerosos incendios de coches, contenedores y terrazas en numerosas avenidas del centro de París.
La policía lanza gases lacrimógenos y emplea cañones de agua, mientras que los activistas más radicales improvisan barricadas en las calles adyacentes a los Campos Elíseos.
Un grupo de manifestantes ha forzado la entrada a la avenida y la policía ha replicado con contundencia. Pese a que muchos comercios cumplieron la orden de autoprotegerse y de retirar el mobiliario urbano de las aceras, los manifestantes lograron hacerse con objetos para improvisar barricadas.
Otro grupo ocuparon hoy la azotea del Arco del Triunfo, uno de los monumentos más famosos de Francia y situado en el epicentro de las protestas en la capital francesa. La zona más asociada al poder político, donde residen embajadores y diplomáticos y se localizan buena parte de las instituciones públicas, es el foco de estos enfrentamientos.
El primer ministro francés, Édouard Philippe, ha denunciado que un grupo de alborotadores han forzado las barreras de protección para asaltar el Arco de Triunfo. “Quiero decir lo mucho que me ha sorprendido este cuestionamiento a los símbolos de Francia” ha expresado Philippe.
Según las imágenes de BFM-TV, se llegaron a arrancar justamente los grandes paneles de chapa de madera que se habían colocado para preservar los escaparates. Algunas tiendas y restaurantes decidieron cerrar sus puertas, de modo preventivo, después de los graves daños que sufrieron el sábado pasado.