La autopsia determinó cómo fue asesinada Xiomara Méndez
Xiomara Naomi Méndez Morales, la adolescente de 15 años hallada muerta en un auto en el partido bonaerense de Ituzaingó tras ser secuestrada en el barrio porteño de Flores, murió por “asfixia mecánica por compresión cervical”, según los resultados preliminares de la autopsia.
Aún no se determinó si la menor fue víctima de abuso sexual, previo a su muerte.
Todo comenzó cerca de las 17.30 de ayer, cuando Xiomara Méndez Morales (15) salió de la escuela ubicada en el cruce de la avenida Carabobo y José Bonifacio, del barrio de Flores, y fue interceptada por un hombre que la subió a un Fiat Duna rojo.
La tía de la víctima, Katherine, contó a la prensa que Xiomara iba caminando con una amiga, a quien le dijo que la habían ido a buscar, porque uno de los captores que la hizo subir al auto es un remisero conocido de la familia.
Según los pesquisas, los delincuentes amordazaron a la adolescente, le ataron los pies y las manos, le taparon los ojos y la obligaron a tirarse en el piso de la parte trasera del auto.
Mientras tanto, uno de los captores llamó a sus padres, ambos de nacionalidad peruana, para decirles que la tenían secuestrada y exigirles unos “30.000 pesos y cocaína” como rescate para liberarla sana y salva, dijeron las fuentes.
La familia denunció ante la prensa que primero fue a reportar el secuestro a la ex comisaría 38 (actual comisaria vecinal 7A de la Policía de la Ciudad) y allí no le quisieron tomar la denuncia, que llamaron al 911 y que finalmente un policía los derivó a la ex comisaría 40 (actual 9C), donde sí pudieron denunciar el hecho. Al tratarse de un secuestro extorsivo, comenzó a trabajar en el caso la fiscal federal en turno en la Capital Federal, María Alejandra Mángano, junto a los detectives antisecuestros de la PFA.
El padre de la chica, quien es remisero y aparentemente también vendía y compraba autos usados, finalmente pactó con los secuestradores el pago del rescate que consistió sólo en los 30.000 pesos, añadieron los voceros.
Cerca de la medianoche llevó el dinero al punto de entrega convenido, en el cruce de las avenidas Boedo y Chiclana, del barrio porteño de Boedo, aunque los delincuentes cobraron el rescate y huyeron del lugar sin liberar a su hija.
Para ese momento, efectivos de la División Antisecuestros de la PFA seguían de cerca al auto con los captores. quienes tomaron el Acceso Oeste y, a la altura del partido de Ituzaingó, fueron retenidos para un control vehicular de rutina de la Policía Vial local.
Allí, les pidieron la documentación y el conductor entregó la cédula verde, pero al verlos muy nerviosos, los efectivos les pidieron a ambos ocupantes que bajaran del auto, lo que hizo que escaparan a toda velocidad.
Los detectives de la PFA iniciaron entonces la persecución, que culminó en la colectora y la calle De la Guitarra, donde el auto chocó contra otro que estaba estacionado frente a una remisería y los policías detuvieron a los dos delincuentes.
En ese momento, descubrieron a la adolescente tirada y desvanecida en el piso del asiento trasero, por lo que la trasladaron de urgencia al Hospital Brandsen, ubicado en la zona, donde se determinó que ya estaba fallecida.
Fuentes policiales explicaron a Télam que la chica estaba tapada con una manta y tenía cinta de embalar enroscada por todo el cuello y la cara, lo que le obstruía las vías respiratorias, y además tenía un cinturón de seguridad en el cuello.
“Creemos que murió asfixiada por las condiciones en las que la tenían, aunque no descartamos una asfixia mecánica intencional”, dijo a Télam un jefe policial.
Al ser requisado el auto, la policía encontró un bidón lleno de nafta, lo que hace sospechar a los investigadores que planeaban incinerar y deshacerse del cadáver y quizás del Duna.
También se recuperaron los 30.000 pesos del rescate e incautaron en el vehículo una pistola calibre 9 milímetros, una faca y precintos plásticos.