Juzgan a ocho personas por torturar, abusar y matar a un nene de 4 años durante un rito umbanda
Autores materiales, colaboradores e instigadores de homicidio cuadruplemente agravado, abandono de persona agravado y encubrimiento son las calificaciones de los delitos por los que ocho personas comenzaron a ser juzgadas este lunes en el Tribunal Oral en lo Criminal 4 poco más de tres años después del hallazgo del cuerpo mutilado de un nene de cuatro años en una vivienda de Mar del Plata tras la realización de un rito umbanda.
Son dos causas que se unificaron para la realización del debate: mientras la primera hizo foco en la autoría material de las torturas y el crimen de Uriel Cisneros; la segunda se focalizó en la parte instigadora encabezada por la “Mae Rosa” que dirigía las ceremonias.
El fiscal adelantó que intentará probar que entre la noche del 10 de septiembre de 2015 y la madrugada del día 11 ambos golpearon, quemaron con habanos, lo abusaron mediante empalamiento, le pusieron la mano en agua hirviendo y no le dieron atención médica al pequeño y provocaron su muerte tras estrangularlo mediante lazo.
La pareja tenía a su cargo desde hacía dos años al pequeño, luego de que la madre biológica lo entregara de manera informal en una especie de guarda o de ofrenda a la “Mae” Ramona Rosa Toledo (54).
El Ministerio Público Fiscal intentará probar que Romina Valeria Hernández es culpable del delito de abandono de persona agravado por el vínculo seguido de muerte ya que “lo colocó en una situación de desamparo y lo abandonó a su suerte”.
Una vez que se logró vencer la resistencia y el “terror” que manifestaban allegados a la pareja o seguidores del culto a cargo de la “Mae”, se logró avanzar en la responsabilidad de otras personas.
Según el alegato de apertura mientras Cristian Acha (34) sujetaba al pequeño, Ramona Rosa Toledo daba las indicaciones para que realizaran los tormentos que hirieron gravemente al pequeño. Ambos llegaron al juicio detenidos en cumplimiento de la prisión preventiva avalada en doble instancia judicial.
El último de los imputados es Lucas Toledo (21), quien tras las primeras actuaciones del personal policial que descubrió el crimen brindó una versión falsa de lo ocurrido por lo que está acusado de falso testimonio.
El avance de la segunda causa demostró que tenía un mayor conocimiento de las cosas que sucedían en esa vivienda, por lo que también está acusado de encubrimiento agravado. (0223)