viernes, noviembre 22, 2024
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Los bolsos pasaban por cuatro casas que unían a Báez con los Kirchner

 

La familia Kirchner adquirió en cinco años 23.897 metros cuadrados en propiedades por un valor de 3.087.000 dólares. Parte de esos inmuebles son investigados por el juez Claudio Bonadio y el fiscal Carlos Stornelli, como “las casas de los bolsos”, es decir los destinos finales de una porción de los “fondos ilegales” que eran cobrados a las empresas de la construcción y del sector energético por parte de ex funcionarios del extinto ministerio de Planificación. Esas propiedades en principio son cuatro y todas terminan teniendo un vínculo con Lázaro Báez, acusado de lavar -entre 2010 y 2013- 60 millones de dólares.

Claudio Uberti fue el primer ex funcionario K en convertirse en imputado colaborador en la causa de los cuadernos de la corrupción: allí se investiga una asociación ilícita cuya jefa -según la Justicia-, es Cristina Kirchner y los organizadores Julio De Vido y Roberto Baratta. Un rol indispensable cumplieron los empresarios, todos acusados de ser “partícipes necesarios” de la organización que movió más de 200 millones de dólares.

El circuito de estos fondos se va reconstruyendo a través de diversos relatos que van dando los “arrepentidos” en la causa. El primero fue Oscar Centeno, el ex chofer de Baratta quien consignó todo en ocho cuadernos que dieron origen a la investigación.

El ex funcionario K y ahora arrepentido, Uberti, coincidió con Centeno en parte de su confesión: los bolsos que recaudaba Baratta al finalizar el día se trasladaban a Uruguay 1306. La primera de las propiedades de Cristina Kirchner que es investigada en la causa y sobre la cual hay un pedido de autorización para ser allanada.

Se trata del departamento en el barrio de Recoleta de 280 metros cuadrados, donde se instaló la ex Presidenta después de finalizar su mandato en diciembre de 2015. Esa propiedad fue alquilada en 2009 por Lázaro Báez, el principal contratista de la obra pública vial en Santa Cruz según determinó la Justicia: recibió 52 contratos por $46.000 millones.

En aquel año, el contrato de alquiler se celebró con Austral Construcciones, su firma insignia y adjudicataria de los contratos con el Estado. El alquiler se pagaba en la inmobiliaria que Máximo Kirchner tenía con Osvaldo Sanfelice en Río Gallegos y abonaba -sin utilizar el departamento-, 5.000 dólares más IVA, convertidos a los 3,81 pesos que cotizaba la divisa por entonces, daba unos $ 25.000. Hoy serían unos $ 152.000.

Clarín consignó que, según los registros de Centeno, sólo en cuatro años, Baratta realizó en esa propiedad 72 entregas por más de 60 millones de dólares. Hay más números: en un año, en 2009 se dejaron allí 34.952.600 dólares.

“En alguna oportunidad fui al departamento de Uruguay y Juncal – después de un encuentro con (Gerardo) Ferreyra- él entregó en dos o tres ocasiones más, bolsos de más de diez kilos con dinero, eso lo entregué en el departamento de Juncal”, contó Uberti que dijo ver “más de veinte valijas con dinero que tenían por destino la casa de Néstor y Cristina Kirchner en Río Gallegos ubicada en la esquina de la calle 25 de Mayo” y amplió: “porque era donde se encontraban bóvedas que (Kirchner) había comprado al Banco Hipotecario”.

A 3.000 kilómetros la segunda propiedad más importante que tuvieron los Kirchner vuelve a estar bajo la lupa de la justicia. El chalet de 625 metros cuadrados perteneció hasta 2008 a los ex Presidentes. La habían comprado a la familia Gotti -dueños de la principal constructora hasta que apareció Báez en escena-, por 170 mil dólares. Cuando el empresario K la compró, los Kirchner declararon haber percibido $ 3.170.000 por la casa: la operación, sin embargo se había concretado por 700 mil dólares.

Báez nunca la habitó pero la custodió celosamente. En 2016, como parte de la investigación por la causa de la

Lázaro, el empresario más cercano a Kirchner, está acusado de lavar 60 millones de dólares.

Ruta del Dinero K, esa casa fue allanada por el juez Sebastián Casanello. Estaba sin muebles, completamente vacía, y sólo llamó la atención un recoveco encontrado en un altillo.

En la capital santacruceña a pocas cuadras de allí, se encuentra la casa de dos plantas de 892,8 metros cuadrados, sobre la calle Mascarello 441, otra de las propiedades que busca allanar Bonadio. Allí también, se sospecha, se trasladaban bolsos con dinero. Este inmueble pertenece a la inmobiliaria Los Sauces SA -cuyos principales inquilinos fueron Báez y Cristóbal López-. El chalet fue tasado oficialmente con un valor de U$S 570.000: más del doble de los U$S 250.000 que declaró la firma de Cristina Kirchner.

Más números sospechosos rodean esa casa: Sanfelice le vendió la casa a la ex Presidente. Él la compró por $ 200.000 y la vendió a $ 1.260.000. El inmueble se investigó por presunto lavado de dinero y en esa causa quedaron procesados Cristina y su socio comercial Lázaro Báez.

Finalmente, la Justicia busca ingresar a la residencia de El Calafate. Lindante a la misma se encuentra el hotel boutique Los Sauces que, según contó Uberti, requirió un “blanqueo de 105.000 dólares mensuales”, que fue el monto por el cual Panatel de Juan Carlos Relats acordó alquilar la explotación del lugar. En ese lugar, Lázaro tenía un terreno sobre el cual la ex Presidenta amplió las instalaciones hoteleras. ¿Cómo negociaron? El empresario K se lo cedió por un terreno de 87.000 que compartieron en condominio con Cristina. Su valor oficial es de $ 17.400.000. (Diario Clarín)

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