viernes, noviembre 22, 2024
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Los líderes británicos ofrecen protección y devolución de poderes a Escocia si gana el "no"

A menos de 48 horas del referéndum independentista, una nueva oferta de los principales líderes políticos británicos de devolver poderes a los escoces si finalmente se impone el “no” polarizó la campaña en torno a la histórica consulta que se celebrará pasado mañana.

En ciudades como Edimburgo se respira cierto agotamiento pero la tensión sigue latente, como quedó en evidencia durante la visita del líder laborista británico, Ed Miliband, quien tuvo que abandonar esta tarde un centro comercial en medio de empujones y los abucheos de los partidarios del “sí”.

El incidente tuvo lugar el día en el que los defensores de la unión de Escocia al Reino Unido agotaron su último cartucho de la campaña.

El primer ministro, el conservador David Cameron, su viceprimer ministro y líder liberal demócrata, Nick Clegg, y Miliband dejaron de lado sus diferencias y prometieron a los escoceses en un comunicado conjunto que si rechazan la independencia de Reino Unido habrá una fuerte protección para el Parlamento de Escocia y para el Sistema de Salud (NHS, por sus siglas en inglés), así como por otros servicios públicos vitales en la región.

El comunicado firmado por los tres políticos, y publicado por el diario británico Daily Record, fue negociado por el ex primer ministro Gordon Brown y por los laboristas escoceses, con el objetivo es aportar “plena confianza” sobre las propuestas que los líderes vienen realizando en el marco de la campaña, según el periódico.

La primera parte del acuerdo promete “nuevos” y “amplios” poderes para el Parlamento de Escocia, mediante la garantía de “un proceso y un calendario” previamente acordado por las tres partes, transferencia que se iniciará el mismo 19 de septiembre (un día después del referéndum).

Tras esto, los líderes británicos señalan que están de acuerdo en que el Reino Unido existe para “garantizar las oportunidades y la seguridad para todos los ciudadanos”, compartiendo los recursos “de una forma equitativa”.

En tercer lugar, consagran por escrito la promesa de que la última palabra sobre la financiación del NHS, así como del resto de servicios públicos, “recaerá sobre el Gobierno de Escocia”, en lo que entienden que sería una evolución de la ‘Fórmula Barnett’ (un mecanismo utilizado por el Tesoro en el Reino Unido para ajustar los importes o asignaciones del gasto público).

La recta final de la campaña modificó bruscamente su ritmo e intensidad luego de que hace 8 días una encuesta de la prestigiosa empresa YouGov difundió por primera vez resultados favorables al “sí”, lo que hizo caer la libra esterlina por tres días consecutivos y desató el pánico en los mercados y la clase política británica.

Tras saltar las alarmas, el ex premier Brown, de origen escocés, esbozó por primera vez este plan del que siguen conociéndose sólo las líneas generales. El calendario ya se presentaba como una opción que daría a los escoceses más poderes incluso antes de que se declarará la independencia, que recién llegaría en marzo de 2016, casi dos años después del referéndum.

El cambio de discurso de la campaña “Better Togheter” (Mejor Juntos), que pasó del mensaje alarmista a las propuesta, no gustó nada al Partido Nacional Escocés (SNP, en sus siglas en inglés), que llegó a cuestionar la veracidad y el oportunismo de los políticos de Londres.

“Si hubiese una intención seria de dar más poderes ¿Por qué no se hizo antes?”, se preguntó hoy la viceprimera ministra de Escocia, Nicola Sturgeon, en entrevista con la BBC.

“Aunque votemos ‘no’ no hay ningún tipo de garantías”, añadió. “Los partidos unionistas están tratando a los votantes escoceses con desprecio”, aseguró.

Para agitar aún más la contienda, el jefe de la campaña unionista, Alistair Darling, afirmó hoy que votar por la independencia pondría en serio riesgo el NHS en Escocia, ya que el gobierno escocés está planeando recortar 450 millones de libras del presupuesto y “no lo dirán hasta después del referéndum”.

El propio Alex Salmond le respondió más tarde: “No habrá reducciones en el presupuesto del sistema de salud”.

“Déjenme subrayar una cosa: para controlar este sistema tienes que controlar las finanzas y la administración. Es por eso que el sistema de salud estará a salvo en una Escocia independiente y bajo presión mientras permanezca bajo el control de Westminster”.

La decisión del gobierno escocés de prescribir recetas médicas gratuitas es una de las políticas estrellas de Salmond, y suele ser mencionada por los partidarios del “sí”.

En las últimas semanas, Salmond, principal cerebro del plebiscito gracias a la mayoría absoluta que obtuvo para el Parlamento de Edimburgo en 2011, vio como la popularidad de Yes Scotland (Sí Escocia) aumentaba hasta dejar igualada una contienda que, en los casi dos años desde que se firmase el decreto del referéndum, parecía decantada del lado del “no”.

Entre los temas más espinosos, además de la controversia sobre la cantidad de reservas de crudo del Mar del Norte, el “oro negro” que dará prosperidad a Escocia, el debate se centra en dos cuestiones fundamentales: el mantenimiento de la libra esterlina y la permanencia en la Unión Europea (UE).

Sobre este primer asunto, Salmond insistió hoy en que el plan es llegar a un acuerdo con el Banco de Inglaterra para compartir Banco Central y continuar con la libra.

Respecto a la UE, las noticias fueron más bien negativas, ya que el presidente del Ejecutivo comunitario, José Manuel Durao Barroso, advirtió que es “extremadamente difícil, sino imposible”, que Escocia pueda reingresar a la unión tras su independencia, puesto que varios miembros podrían vetar su adhesión para no dar alas a sus propios movimientos separatistas, como es el caso de España.

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