Tras la decapitación de un ciudadano británico, Londres pide "destruir" a extremistas islamistas
El primer ministro británico, David Cameron, pidió “destruir” a los extremistas del Estado Islámico (EI) y llamó hoy a unirse a la coalición liderada por Estados Unidos que los combate en Irak y Siria, pero no se sumó a la estrategia de ataques aéreos de Washington, apenas un día después que esa milicia difundiera otro video de una decapitación, esta vez de un ciudadano británico.
“No podemos dejar pasar esto de largo si queremos mantener seguro nuestro país. Tenemos que confrontar esta amenaza. Paso a paso, debemos hacer retroceder, desmantelar y destruir al Estado Islámico y lo que representa”, dijo Cameron tras reunirse en Londres con el comité de emergencia conocido como Cobra e integrado por responsables militares, diplomáticos y de inteligencia de su gobierno.
Sin embargo, a diferencia de sus antecesores, Cameron no se apresuró a sumarse a una nueva campaña militar de la Casa Blanca en Medio Oriente.
“Lo haremos (combatir al EI) de una manera tranquila y deliberada, pero con una férrea determinación”, advirtió el premier británico, citado por la agencia de noticias EFE.
Cameron prometió que apoyarán al nuevo gobierno iraquí, a las autoridades kurdas del norte de ese país y que enviarán ayuda humanitaria, pero dejó en claro que la Fuerza Aérea británica sólo asistirá a sus colegas norteamericanos en tareas de “inteligencia y logística”.
Londres mantiene hace un mes desplegados aviones militares que asisten en tareas de vigilancia a los ataques aéreos de Estados Unidos contra posiciones del grupo extremista en el norte de Irak, mientras que esta semana, tras el discurso del presidente norteamericano, Barack Obama, el gobierno británico anunció que enviará armamento pesado y municiones para ayudar a las tropas kurdas, que se convirtieron en la vanguardia de la ofensiva terrestre.
Pese a que no anunció ningún despliegue militar adicional, Cameron sí ratificó hoy su compromiso con la coalición internacional creada por Washington en una clara reacción al asesinato de David Haines, el tercer ciudadano occidental decapitado frente a una cámara por un combatiente del EI.
Como en los anteriores videos, la imágenes muestran a Haines arrodillado, responsabilizando directamente a su gobierno por su muerte, y a su verdugo desafiante, demandando que Londres y las otras potencias occidentales se retiren de Irak y la región y dejen de enviar armas a sus enemigos.
El gobierno británico autentificó hoy el video.
Haines era padre de dos niños y un ex miembro de la Fuerza Aérea británica de 44 años que había decidido dejar el uniforme para trabajar con organizaciones humanitarias y la ONU en lugares como los Balcanes, Libia, Sudán del sur y Siria.
Fue secuestrado en el norte de Siria en marzo del año pasado, cuando trabajaba con la organización humanitaria francesa Acted, junto con un colega italiano. Federico Motka fue liberado en mayo pasado, sin embargo, no se supo nada de Haines hasta que apareció este mes al final del video, en el que el EI decapitó a Steven Sotloff, el segundo periodista estadounidense asesinado por esta milicia.
Al igual que Washington, Londres intentó sin éxito rescatar a Haines.
Al final del nuevo video difundido ayer, el verdugo del EI, que no esconde su acento británico, mostró arrodillado, rapado y con un traje naranja, a su próxima víctima, otro ciudadano y trabajador humanitario del Reino Unido, Alan Henning.
El asesinato de Haines y la demostrada determinación del EI, que sistemáticamente decapita y ejecuta a ciudadanos y combatientes sirios e iraquíes sin atraer la atención mundial, provocó una nueva reacción unánime de la comunidad internacional.
Desde Washington, Obama condenó el “brutal asesinato de Haines” y reiteró que no descansarán hasta “destruir” al EI. Un mensaje similar envió la Presidencia francesa, mientras que en Berlín, el Ministerio de Relaciones Exteriores adelantó que está analizando ampliar su participación en la ofensiva contra la milicia extremista en Medio Oriente.
En tanto, Acted, la ONG humanitaria con sede en París para la que trabaja Haines se declaró “conmocionada y horrorizada” y advirtió que “este crimen bárbaro no puede quedar impune”.