viernes, noviembre 22, 2024
Espectáculos

Los duros dichos de Érica Rivas sobre Ricardo Darín

 

Luego de las declaraciones de Valeria Bertuccelli en las que aseguró que recibió malos tratos por parte de Ricardo Darín, Érica Rivas contó su experiencia en una entrevista radial con Furia bebé.

La actriz trabajó con Darín en Escenas de la vida conyugal, donde reemplazó a Bertuccelli, y luego en La Cordillera. En sus recientes declaraciones, Érica aseguró que no volvería a trabajar con su colega y reconoció que se arrepiente de no haber llamado a Bertuccelli antes de aceptar trabajar en la obra.

A continuación, los dichos de Érica Rivas sobre Darín en el programa de Malena Pichot y compañía.

En ese momento no tenía ganas de hablar porque muchas veces, cuando uno siente maltrato personal, cuesta un montón darse cuenta y entender que eso fue así, dejar de sentir que ciertas personas que admirabas y querés están haciendo eso con vos. La verdad es que para mí, fue muy fuerte y me costó muchísimo.

Valeria lo vivió hace cuatro años. Ella ya hizo otra película como directora, como escritora… En mi caso, esto pasó hace menos de un año y me cuesta muchísimo, me duele, no me gusta verme ahí. Me da bronca que me tiemble la voz, porque no quiero sentir que no tengo fuerza, que no tengo poder para decir lo que me pasa.

El rumor de que después me enamoré de él (Ricardo Darín) también pasó conmigo. Nosotras siempre somos las que no enamoramos y estamos despechadas. Siempre está puesto eso, y es tremendo. Además, de parte de los mismos compañeros, porque fue uno de ellos el que salió a decir eso. Ni siquiera sabía qué había pasado y salió a decir ‘le pasó lo mismo que a Valeria’. Es muy triste, no sabés la sensación que se vive adentro del cuerpo de una.

No es necesario que te violen, que te empujen, que te den dieciocho puñaladas o que termines en un basurero. Es lo mismo en otras instancias, circuitos y proporciones. Como el poder hace de nosotras objetos, gente a la que se le puede decir cualquier cosa, dar órdenes, educar y pasar de un estado al otro.

En su momento, lo digo con todo el dolor del alma, cuando entré a la obra (Escenas de la vida conyugal) no la llamé a Valeria. Y eso es algo que me sigue doliendo, porque desde hace un tiempo me considero feminista y nunca se me ocurrió llamarla.

Cuando recibí malos tratos de parte de Ricardo, tanto personales como laborales, decidí rescindir un contrato que tenía para ir a hacer la obra a España. Lo primero que me acordé, cuando estaba en medio de toda esa mierda, fue de Valeria. (Entonces), lo primero que hice fue llamarla para pedirle perdón por no haberla llamado antes. No me quiero imaginar el dolor que debe haber sentido. No es verdad que no le pasó lo mismo que a mí, es exactamente igual. Los mismos comportamientos, por supuesto de distinta manera porque Valeria es una persona y yo soy otra y tenemos distintas formas de ser, y se fueron desarrollando distintos hechos de maltrato de diferente manera. En las dos ocasiones fueron malos tratos.

Los miedos están siempre. En mi caso, a flor de piel. Sé que Vale está más armada. Recién ahora puedo darme cuenta cómo decirlo. A diferencia de lo que dijo Valeria, yo no quiero ninguna disculpa. Ni pública ni privada, porque ya lo hizo varias veces y en todas ellas volvió a hacer lo mismo, así que no me interesa, no me conmueve, no me repara. Además, la forma de pedir disculpas fue patética. Siempre somos nosotras las locas, las que estamos alteradas. Ellos no entienden qué pasó pero igual piden disculpas.

No tengo ganas de trabajar con él. Cuando estaba trabajando con él y me di cuenta de que estaba sucediendo esto del maltrato, no quise seguir hablando porque siempre pasa que cuando hablas con el otro, con el que te está maltratando, aparece la psicopatía y casi terminás pidiendo disculpas, o diciendo que quizás vos lo hayas puesto en ese lugar tan incómodo por lo cual él se puso así de agresivo.

Yo sentía que podía manejarlo, como mujer que soy simpática, que tengo buen carácter y que en general la gente quiere estar conmigo y se siente bien, pensaba ‘yo lo voy a poder hacer’. Creía que iba a poder calmarlo o que quizás él venía con otros problemas suyos al trabajo. Muchas veces le pregunté si pasaba otra cosa. Según él, el problema era que yo estaba haciendo las cosas mal como actriz.

Todas la noches ponía mi cuerpo, mi corazón, mi vida para poder hacer eso. Llamé a amigos y amigas mías para que me vinieran a ver y que me dijeran si realmente estaba haciendo las cosas mal. Todos me decían ‘No, Érica’. Yo pensaba que tal vez era mi formación lo que no le interesaba.

¿Por qué me fui de la obra? Sucedió algo de un maltrato, de puteada y gritos fuertes, y yo no pude seguir. Eso no lo admito, no me hizo bien y no quise seguir porque, además, él pedía disculpas y después hacía lo mismo. Yo no quiero sus disculpas ni quiero volver a trabajar con él. (Primicias ya)

 

 

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