Cómo se financia el Estado Islámico
Cómo es la economía interna de uno de los grupos terroristas más ricos del mundo; extorsión y petróleo.
El Estado Islámico gestiona una economía autosuficiente a lo largo del territorio que controla en Siria e Irak, pirateando petróleo al mismo tiempo que exige tributo de una población de al menos ocho millones de habitantes, indicaron autoridades árabes y occidentales, convirtiéndolo en uno de los grupos terroristas más ricos del mundo y en una amenaza sin precedentes.
Esa economía ilícita presenta una nueva imagen de los cimientos financieros del Estado Islámico (EI). Antes se creía que el grupo dependía de financiamiento de donantes del Golfo Pérsico y donativos del mundo musulmán en general. Ahora, el Estado Islámico -una ex filial de Al-Qaeda que ha absorbido partes de Irak y Siria- es en gran parte una organización autofinanciada.
El dinero de donantes externos “palidece en comparación a su autofinanciación mediante actividades criminales y terroristas”, anotó un funcionario del Departamento de Estado de Estados Unidos , agregando que esas actividades generan millones de dólares cada mes.
Para los países árabes y occidentales que luchan por poner alto al Estado Islámico, las fuentes de financiación local del grupo plantean un enigma: una represión a la actividad económica que ayuda a financiar al grupo podría causar una crisis humanitaria en las zonas que controla el Estado Islámico, las cuales ya pasan penurias, apuntaron autoridades y expertos antiterrorismo.
“¿Puede impedir que el ISIS (las siglas en inglés de Estado Islámico) tome activos? Realmente no, porque ya tienen muchos activos en su posesión”, afirmó un funcionario antiterrorismo de Occidente. “Por tanto uno tiene que interrumpir la red de comercio. Pero si corta el comercio de materias primas como los alimentos, por ejemplo, entonces se arriesga a causar hambre a miles de civiles”.
Desde Raqqa en Siria a Mosul en Irak , los extremistas sunitas del grupo gestionan un ordenado sistema de extorsión de tributos de empresas y granjas, cuotas de transporte público y pagos por protección de cristianos y otras minorías religiosas que eligen vivir bajo los militantes en lugar de escapar, según habitantes de esas zonas, analistas que han estudiado al grupo y funcionarios públicos que lo monitorean.
El Estado Islámico también hace negocios con personas de algunas de las regiones cuyos gobiernos tratan de destruirlos. Desde el territorio que el grupo ha tomado, controla la venta de petróleo, trigo y antigüedades, lo que genera un vasto mercado gris de compradores tan inusuales como el régimen sirio y empresarios chiitas y kurdos de Líbano e Irak, precisaron autoridades de Occidente y sirios e iraquíes con conocimientos de las ahora comunes transacciones empresariales.
Los pagos por rescates son una importante fuente de ingresos para el grupo, pero son mucho menos constantes que los ingresos de las actividades internas, señalaron las autoridades de Occidente.
Al-Qaeda en Irak, formada por el jordano Abu Musab al-Zarqaw, fue la base del grupo que se expandió a Siria ante el caos de la guerra civil, llamándose a sí mismo el Estado Islámico de Irak y el Levante, una geografía histórica a lo largo del Levante.
En junio, tras tomarse Mosul, abandonó la referencia geográfica y declaró un califato islámico con ambiciones de un territorio más amplio, nombrando al ciudadano iraquí Abu Bakr al-Baghdadi como su califa. El grupo ahora se autodenomina Estado Islámico, y asegura que controla el oeste de Irak y el noreste de Siria.
Entrevistas con sirios e iraquíes con familiares que viven en las ciudades controladas por el Estado Islámico ofrecen un panorama de lo institucionalizadas que se han vuelto la recaudación de fondos y el comercio ilegal del grupo, y lo difícil que podría ser ponerle un alto.
Al menos ocho millones de sirios e iraquíes viven bajo control pleno o parcial del Estado Islámico, según cálculos de la oposición siria y las autoridades iraquíes locales.
Las autoridades occidentales y árabes afirmaron que hay pocos detalles cuantificables sobre las actividades internas que financian al grupo, ya que varían según la zona y el gobierno carece de la capacidad de inteligencia para rastrear esa información.
El porcentaje que proviene de las cuotas locales y el crimen organizado -comparado, por ejemplo, a las ventas de petróleo y productos agrícolas- es también difícil de medir, debido a que las redes de contrabando y comercio en Siria, Irak y otros países vecinos han crecido tanto.
En Siria, los insurgentes controlan ocho campos de gas y petróleo en las provincias de Raqqa y Deir ez-Zor, según rebeldes sirios que antes controlaban los campos. Con estos campos, hacen negocios con personas de los mismos países que están luchando contra ellos. Le venden crudo a comerciantes locales, comerciantes de Irak, o a refinerías nuevas financiadas por empresarios turcos, libaneses e iraquíes, afirmaron los sirios y libaneses que participan en el comercio de petróleo.
El comercio más allá de las fronteras con Siria e Irak está apuntalado por una red de empresarios. Los comerciantes kurdos transportan petróleo al Kurdistán iraquí y lo venden a ya sea operadores turcos o iraníes. Esos operadores lo pasan de contrabando a sus países y lo venden con descuento frente a los precios locales, o lo venden de vuelta al gobierno sirio, indicaron los sirios e iraquíes que participan en el comercio del petróleo.
Las autoridades occidentales anotaron que también se ha esclarecido más, a través de recientes secuestros, que el grupo está utilizando a rehenes de manera metódica para recaudar fondos. Debido al pequeño número de rehenes que son liberados, dicen, esos ingresos probablemente son mucho menos fiables que los de la economía local.
La otra fuente de ingresos externos, los donantes ricos y sunitas radicales del Golfo, ha caído marcadamente a medida que sus gobiernos reconocen la severidad de la amenaza del Estado Islámico para la región, acotaron.
Las sanciones de las Naciones Unidas contra algunos ciudadanos que indicó estar involucrados en financiar o reclutar para el Estado Islámico fueron el primer esfuerzo internacional de frenar los ingresos y las operaciones del grupo. Pero los expertos antiterrorismo apuntaron que debido a que gran parte de los ingresos son internos y se llevan a cabo otras formas de comercio en una región que solo utiliza efectivo, hay pocas formas eficaces de frenar las finanzas del grupo.
Alexander Evans, que dirige al equipo de las Naciones Unidas que investiga el financiamiento del Estado Islámico, dijo que el comercio petrolero, los secuestros y los activos tomados en Irak y Siria seguirán generando los ingresos del grupo.
Fuente: La Nación.