Kombi pa´l Norte: Viajan en combi hasta Alaska para enseñar ciencia
Impulsan un proyecto para que los más pequeños aprendan a través de experimentos cómo funcionan las cosas que ven a diario; estiman que el itinerario les demandará dos años.
Una pareja argentina. Un deseo. Un proyecto. Y la infaltable Dora, la combi modelo 81, totalmente remodelada para la ocasión, que los traslada por América, representan los ejes centrales de la singular historia de Nicolás Poggi y Lucila Munilla Lacasa, una joven pareja argentina que decidió meses atrás abrir un paréntesis y poner pausa a su rutina por una causa noble: conocer, aprender y ayudar durante un extenso recorrido.
Kombi pa´l Norte, la iniciativa que les permitió concretar ese sueño y cuyo nombre está inspirado en una canción del grupo Calle 13,nació en el verano pasado, después de unas vacaciones en Perú, mientras eran testigos del disfrute de otros viajeros y su vida sin rumbo. Pero faltaba algo más…Un desafío que guiara el camino y que le diera (tal vez) un marco a ese “espíritu libre” e inquieto que empezaba a aflorar.
“Sabíamos que queríamos viajar, sin quedarnos sólo con eso. Debatimos un largo rato acerca de cómo conocer gente, meternos en su vida, en sus historias, en sus necesidades, para no actuar simplemente como turistas, hasta que Joaquín Fargas, un amigo de Nico, nos contó su experiencia en el Exploratorio de San Isidro, un lugar donde entretenían con experimentos a chicos que festejaban su cumpleaños. La idea nos encantó y decidimos replicarla”, cuenta a LA NACION Lucila, periodista y amante de la fotografía,desde Cafayate, una de las primeras paradas del itinerario que los llevará, según los planes, hasta Alaska.
De a poco la idea tomó forma y se materializó en un proyecto innovador orientado, principalmente, a conectar a los más chicos, oriundos de distintos pueblos y países del continente, a través de la ciencia. ¿De qué forma? Mediante experimentos en torno a la electricidad, el magnetismo, la energía solar, la aerodinámica, la química y la física, entre otros, con los que pudieran interactuar y descubrir que estas disciplinas no pertenecen sólo al ámbito de los entendidos, sino que está presente en lo cotidiano más allá de lo perceptible.
“Buscamos entrar en contacto con ellos con materiales accesibles y autóctonos, y que se interesen por saber cómo funcionan las cosas que suelen ver a diario”, destaca durante la entrevista con este medio, al tiempo que cuenta que llevan consigo un mapa para marcar las zonas por donde pasan y poder enseñarles también datos curiosos vinculados con la cultura y las costumbres latinoamericanas.
Desde el principio, la gran aliada de la propuesta y la difusión de conocimientos fue “Dora”, una combi VW modelo 81 -brasilera, celeste y blanca- que la pareja adquirió en febrero y bautizó así en homenaje a la protagonista del popular dibujo animado llamado “Dora, la exploradora”, muy a tono con la aventura que estaban a punto de emprender.
Durante los meses de preparativos, “Dora” pasó de ser un simple furgón a una “simpática casita rodante” luego de varias tareas para ponerla a punto, que incluyeron el cambio de techo para volverlo móvil, paneles en las puertas, ventanas para que entrara más luz, cortinas con un sistema tipo black out, colchones mullidos para descansar bien, revestimiento de alfombras en el piso, pintura, decoración y, sobre todo, mucho amor y buen gusto.
“Comemos y dormimos ahí. A veces, para evitar gastar en campings (porque algunos son muy caros), lo hacemos en cuarteles de bomberos o en playas de estaciones de servicio que nos dan una mano apenas se enteran de qué se trata todo esto”, reconoce sin esconder su admiración por la combi, con la dice haberse encariñado.
Nicolás y Lucía partieron el 10 de este mes desde Martínez, en Buenos Aires, con “Kombi pa´l Norte” bajo el brazo, y llevan recorrido Rosario, Córdoba, La Rioja, Catamarca y Tucumán. En el camino hasta Alaska, comenzaron a contactarse, tanto por teléfono como personalmente, con las escuelas para contarles de la experiencia y tantear si les gustaría participar. “Apuntamos a escuelas más bien de tipo rural, no aquellas que siguen protocolos o son demasiado bucrocráticas o que tienen las clases muy programadas, justamente porque pretendemos incentivar la creatividad y la expresión de los chicos en estos espacios”, explica Lucila.
– ¿Cuánto tiempo estiman que les demandará completar el recorrido?
- Tenemos previsto hacer un viaje de dos años, pero sabemos que lo importante es el camino y no el destino, por eso, vamos sin prisa pero sin pausa. Seguramente, volveremos en avión y buscaremos la manera de traer de regreso a Dora.
– Hace muy poco que se fueron, pero ¿extrañan algo de su vida de antes?
- No, la verdad que no (risas). Hasta último momento mantuvimos los trabajos, Nico en una empresa como ingeniero, y yo detrás de un escritorio en una agencia de marketing. Sólo lo hicimos para ahorrar.
– ¿Cómo costean este viaje? ¿Hay formas de colaborar con ustedes?
- Además del dinero que guardamos desde que decidimos encarar este proyecto, nos anotamos en la plataforma (de crowdfunding) Ideame para darnos a conocer. También adaptamos parte de la combi para vender algunas artesanías durante el recorrido y promocionar, de paso, la iniciativa. Usamos lo que recaudamos básicamente para la nafta.
Diario de la travesía. Los jóvenes argentinos publican con frecuencia las anécdotas y los momentos más destacados de su travesía en un blog creado especialmente con ese fin. Además, se los puede “espiar” en su fan page de Facebook.
Nicolás Poggi (Nico): Ingeniero Industrial de profesión y chef de corazón. Dentro de su estructura mental racional, se infiltraron ideas de cambio, viajes y libertad. Fue él quien propuso dejar todo y empezar esta aventura. Aporta a la relación la parte pensante, lógica y ordenada. Vive preguntándose cómo funcionan las cosas y le encanta armar y desarmar lo que se le cruce por enfrente. Tras la fachada de un hombre serio hay un niño al que le encanta salir a jugar.
Lucila Munilla Lacasa (Lola):
- Periodista y amante de la fotografía y la escritura. Le gusta investigar sobre nuevas tecnologías, es inquieta, y siempre se encuentra en busca de nuevos proyectos. Además, se define como
espontánea, desordenada y relajada.
- Disfruta de la comida tanto como de una buena canción. Tiene una necesidad de viajar que no puede controlar.
[embedvideo id=”S_q8WBzJWWM” website=”youtube”]
Fuente: La Nación.
