Obesidad infantil: expertos comparten preocupación y reclaman mayor compromiso
El presidente Mauricio Macri arrojó durante la apertura de las sesiones ordinarias datos sanitarios que preocupan. En concreto, dijo que “somos el país de Latinoamérica con mayor obesidad infantil” y que “uno de cada tres niños tiene problemas de sobrepeso y obesidad”.
El primer mandatario destacó que en el país “uno de cada cuatro chicos está mal nutrido” en concordancia con cifras del Ministerio de Salud de la Nación del 2015, que indican que del total de los niños que se atienden en el sector público, el 39,2% presenta malnutrición, término que refiere a “las carencias, los excesos y los desequilibrios de la ingesta de energía y nutrientes”.
Al respecto, el doctor Esteban Carmuega Director del Centro de Estudios sobre Nutrición Infantil (CESNI), confirmó que a nivel regional, Argentina, México y Chile son los tres países de la región con más prevalencia de obesidad infantil, con diferencias sutiles según los años de estadística. En declaraciones a DocSalud.com agregó que “según la última Encuesta Mundial de Salud Escolar (EMSE), 4 de cada 10 colegiales argentinos tienen exceso de peso, y cerca de la mitad de ellos presenta obesidad”.
El problema de la malnutrición no sólo alcanza a los chicos con desnutrición sino que también a quienes presentan la llamada “hambre oculta”, es decir, aquella que se da en personas sin bajo peso, ni baja talla ni sintomatología específica, pero que presentan carencias nutricionales como falta de vitaminas y minerales esenciales, con potencial impacto en su salud general. “Hay carencias específicas como de hierro, el bajo peso de nacimiento y el retraso crónico del crecimiento”, detalló Carmuega.
Por otra parte, especialistas en políticas públicas en el área de salud pidieron “aumentar la oferta de alimentos saludables”, entre ellos Lorena Allemandi, directora del área de políticas de alimentación saludable de la Fundación Interamericana del corazón, quien dijo a la agencia Télam que resulta fundamental “restringir el marketing” que expone a los niños a alimentos no saludables, con alto nivel de azúcar, grasa y sal. “Faltan políticas públicas y las decisiones deben estar libres de influencia de los intereses económicos de las corporaciones”, agregó.
A su turno, el director del Centro de Estudio sobre Políticas Alimentarias (CEPEA) y profesor de la escuela de nutrición de la Universidad de Buenos Aires, Sergio Britos, reforzó la idea de que es prioritario “aumentar la oferta y acceso de alimentos de buena calidad a la población como hortalizas, cereales integrales, frutas y lácteos”, para lo que se requiere que se “disminuya la carga impositiva” a estos productos e incluirlos en los comedores escolares, donde se alimentan “cinco millones de chicos”.
Macri también lamentó que somos “uno de los cuatro países que más azúcares consume en el mundo”, dato que proviene de la Organización Mundial de la Salud, que ubica a la Argentina en el tercer puesto con una ingesta diaria de azúcar agregado que triplica la recomendada, que es de 50 gramos totales en una dieta de 2000 calorías, lo que equivale a doce cucharitas de café.
Este dato va de la mano de una investigación del CESNI que reveló que en el país la mitad de los líquidos que se consumen provienen de bebidas azucaradas y gasesosas y sólo el 20% de agua o soda.
¿Pero cómo combatir este problema? Carmuega recordó que la obesidad “es una enfermedad que es difícil de tratar una vez que está instalada, y las medidas más eficaces en el mundo son las de prevención en la etapa infantil”.
Se deben comenzar con estas medidas desde “el cuidado del peso de la mujer en edad fértil, el peso con el que llega al embarazo, la progresión de su amento durante la gestación, la lactancia materna, la instalación temprana de de hábitos alimentarios antes de llegar a la escuela, el papel que cumple la escuela en la incorporación de buenas costumbres a la hora de comer”, concluyó.
Fuente: Docsalud