viernes, noviembre 22, 2024
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Boca tiene su regalo de Reyes: Tévez vuelve al “Xeneize”

Hay humo blanco en La Boca y también en Cardales, donde el plantel festeja en medio de la pretemporada. Porque terminó la novela que duró varios meses y finalmente hay regreso. Durante las primeras horas de la mañana se terminó de arreglar la desvinculación de Carlos Tevez con el Shanghai Shenhua y tiene el camino libre, tal como pretendía Daniel Angelici , para darle comienzo a su tercera etapa en el xeneize. Atrás quedaron las dudas del retiro y la tristeza por haber perdido el cariño de muchos hinchas boquenses tras su partida a China que tanto dolió en el final del 2016.

Ya sin pensar en aquello, Carlitos viene decidido a volver a toparse con la gloria. Esa que conoció hace muchos años, cuando recién comenzaba su carrera, y que hace poco creyó que volvería a encontrar, pero nada salió como lo esperaba. El Apache tuvo dos etapas en el club de sus amores bien distintas. Una llena de sonrisas y otra demasiado gris dentro del campo de juego y también afuera, cuando quedó preso de sus palabras.

Debutó a fines de 2001 con 17 años y perteneció al primer equipo durante tres años. Durante esa etapa disputó 110 encuentros oficiales y convirtió 38 goles, pero su mejor nivel se vio desde el 2003, cuando formó parte del plantel multicampeón de Carlos Bianchi que consiguió el Torneo Apertura, la Copa Libertadores y la Copa Intercontinental, obtenida en Japón ante el Milan de Italia. Un año después, con Alfio Basile en el banco, se despidió del Mundo Boca siendo la figura de un equipo que consiguió la Copa Sudamericana. Así, con una recordada imagen llena de lágrimas tras su último gol de aquel período, se fue al Corinthians para también ser ídolo.

El sueño de Carlitos era retornar a Boca en plenitud. Y se dio el gusto a mediados de 2015, cuando decidió reencontrarse con su gran amor luego de, nada más y nada menos, haber perdido con la Juventus una final de Champions League ante el Barcelona de Lionel Messi. ¿Para qué? Soñaba, principalmente, con ganar otra vez la Libertadores. Sin embargo, la historia se escribió de una manera impensada. Durante el año y medio de estadía, apenas se puede destacar un primer semestre en el que pesó mucho más su figura, el simple hecho de ser Tevez, que su rendimiento en la cancha para ganar el Torneo anual 2015 de 30 equipos y la Copa Argentina de ese año. También los últimos cuatro partidos antes de irse al fútbol asiático en el que se complementó muy bien con la vuelta de Fernando Gago y en los que se pudo ver la versión que todos esperaban, pero que duró poco: victorias consecutivas a San Lorenzo, Racing (anotó un gol), River (fue figura con un doblete) y Colón (se despidió con un grito).

En el medio de esos dos buenos momentos, hubo una semifinal de Libertadores increíblemente perdida ante el humilde Independiente del Valle de Ecuador. Aquello lo fulminó y desde ahí todo se le nubló: pensó en el retiro, pero eligió contradecirse aceptando la oferta de China que le permitiría ganar 40 millones de dólares al año. Esa fue su motivación, a pesar de que el día que comenzó su segunda etapa en el club había sostenido que “la plata no compra la felicidad”. Muchos no le perdonan esa combinación.

Lo cierto es que Carlitos tendrá revancha. Ese objetivo trunco que tantas ganas de fútbol le quitó, en este 2018 puede volver a dárselo. El torneo continental es su mayor anhelo, aunque esta vez será con un mayor perfil bajo: la eliminación inolvidable en 2016 le dejó la enseñanza de que nada se obtiene por sólo llamarse Tevez y que tanto él como Guillermo Barros Schelotto deberán trabajar en su nivel y, sobre todo, en una cabeza que llega desgastada. Porque si él está bien, Boca también. Y ese es el deseo de todos: que su tercer y último ciclo sea el mejor de todos.

Fuente: La Nación

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