Cómo fue la declaración del misterioso diariero del caso Nisman
“Esto me está perjudicando”. A.J.Z.. , de 56 años, se presentó el martes 12 de diciembre en el anexo de la fiscalía federal que investiga la muerte del fiscalAlberto Nisman. Dijo ser el dueño del puesto de diarios que está ubicado en la puerta del edificio Le Parc, en Puerto Madero. Y que quería declarar en la causa porque un diario había publicado información falsa que lo perjudicaba.
El puesto de diarios era una incógnita hasta ese momento porque al menos tres vecinos de Nisman declararon que no tenía casi nada a la venta y que después de la muerte del fiscal cerró. Pero la justicia no tenía ninguno dato de su dueño.
Su testimonio se conoció parcialmente el martes cuando el juez federal Julián Ercolini procesó por la muerte de Nisman al perito informático Diego Lagomarisno y a cuatro custodios del fiscal. El juez señaló en su resolución que no se comprobó la existencia de una red de espionaje sobre el edificio de Nisman pero que sí había elementos para sostener esa sospecha. Uno de ellos es el quiosco de diarios por el “extraño funcionamiento que tenía ese local de periódicos y revistas estratégicamente ubicado”.
El presunto dueño del puesto declaró durante cinco horas y su testimonio fue cortado cuando dijo que el presidente Mauricio Macri le había conseguido trabajo. “En razón de la reticencia a dar respuesta a las preguntas que se le formulan, el Sr. Fiscal dispone suspender la audiencia“, dice la declaración de siete páginas a la que accedió Infobae.
“Muy inconsistente, muchas contradicciones”, fue la conclusión de una fuente sobre la declaración del testigo. ¿Hay alguna sospecha sobre el testimonio? le preguntó este medio a uno de los investigadores. “No queremos aventurar ninguna hipótesis”, fue la respuesta.
A.J.Z. contó que en 2005 puso un puesto de diarios en La Boca que cerró pocos meses después por los robos que sufría. Decidió pedir el traslado a Puerto Madero por recomendación de inspectores de la ciudad: “Me dijeron que vaya a Puerto Madero que no había nadie”. A esa zona rica de la ciudad llegó con su puesto en 2009. Se ubicó a pocos metros de la entrada principal de Le Parc, sobre la calle Azucena Villaflor, nombre de una de las fundadoras de Madres de Plaza de Mayo.
“Estuve hasta el 2014 si mal no recuerdo porque luego me cortan los diarios por un problema de pagos, porque me dejaron sin suscripciones y yo no repartía a nadie que no estuviera suscripto. Entonces cuando me sacan las suscripciones me fundí”, relató A.J.Z. Pero al final de su declaración hizo una aclaración: “Nunca tuve suscripciones, por eso me fundí”.
Dijo que el suyo era el único puesto de diarios de la zona y que hay “otra persona que no tiene quiosco, tiene dos caballetes y una tabla en la vía pública”.
El testigo agregó que de la muerte de Nisman se enteró por la televisión –”ni sabía quién era él”– y que entre diciembre de 2014 y enero de 2015 ya tenía cortadas las suscripciones aunque seguía yendo al puesto. “Iba esporádicamente, llevaba algunos diarios y me iba, inclusive ahí están las cámaras y me pueden ver”, contó. Nisman fue encontrado muerto el 18 de enero de 2015 en el baño de su departamento.
A.J.Z. contó que cuando le cortaron las suscripciones –responsabilizó por eso al Ministerio de Trabajo de la ciudad y a los sindicatos–otros colegas le prestaban diarios para vender. “Uno de ellos se llama Cacho, tiene su puesto en la estación de Colegiales. El me proveía diarios y revistas, nada más”, explicó.
Aseguró que su puesto es legal y que la justicia lo autorizó a trasladar el puesto a Puerto Madero por un amparo que presentó. El testigo dejó en la Fiscalía documentación sobre el traslado del quiosco, del permiso del gobierno de la ciudad, la desestimación de la Procuración General de una queja de la vecinos, una resolución de Diego Santilli –que fue ministro de Espacio Público de la ciudad– y el último permiso que le dio el Ministerio de Trabajo.
A medida que avanzaba en su relato sus respuestas comenzaron a ser reticentes y contradictorias. A tal punto que le recordaron que declaraba bajo juramento y que el falso testimonio es un delito. “Mis clientes están dentro del complejo Le Parc, en todas las torres, serán dos clientes por torre, más alguno que me llama y me pide el diario del día”, contó. La Fiscalía le preguntó si podía identificar a esos clientes: “No los tengo en la cabeza, no le puedo decir un piso con exactitud si no le estaría mintiendo”.
Pero después reveló que Nisman en persona lo contrató para que le lleve los diarios y que vivía en el 13 de una de las torres de Le Parc. “A mí el Sr. Nisman me contrató. Pasó y me dijo ‘hola, soy fulano de tal, me mudé acá hace poquito, me llevás los diarios?’ Le llevé una vez al mes dos o tres diarios y nada más. Le llevé muy poquitas veces. Después no le llevé más y se los empezó a llevar otro diariero”, declaró A.J.Z.
Pablo Lanusse, abogado querellante que representa a la madre y la hermana de Nisman, le preguntó qué diarios le llevaba. “No lo sé. Nisman pasaba los sábados, a veces pasaba con una chica muy bonita”, contestó.
En otro tramo de su declaración dijo sobre Nisman: “No sabía quién era, no lo conocía. El pasaba por la vereda y me pedía. Luego pasaba una persona que me pagaba lo de Nisman. Esto fue una vez sola, que vino un hombre a pagarme”. El puesto de diarios está cerrado y A.J.Z. dijo: “Solo voy, lo abro, lo limpió y nada más”.
El último tramo de su declaración fue sobre su actual trabajo. Contó que ahora se desempeña en el área de mantenimiento del ministerio de Modernización. “Yo le pedí al Presidente que me dé trabajo porque estoy fundido. A Mauricio Macri. Lo agarré en la calle. No era presidente en ese momento. Después me llamaron”, declaró. En Modernización confirmaron que el testigo trabaja allí desde marzo de 2016. “Va siempre a trabajar, tenemos buenas referencias y no tiene antecedentes penales”, dijo una fuente consultada.
A.J.Z. manifiesta tener miedo. “Yo estoy asustado por toda esta situación. Porque tal vez ahora sale que trabajo en el ministerio y me rajen”, dijo en la Fiscalía.
Su pedido de trabajo a Macri fue lo último que dijo. El fiscal Taiano decidió secuestrar el celular de A.J.Z. para analizarlo. La reacción del testigo también llamó la atención. “No preguntó por qué le sacaban el celular, ni cuándo se lo iban a devolver, ni si necesitaba un abogado”, contó una fuente. El teléfono va a ser peritado para obtener información que pueda resultar útil a la causa.