Pilar Geijo cruzará a nado el Río de la Plata
Pilar admite que disfruta mientras nada durante 8 ó 9 horas, lo que habitualmente duran las competencias de aguas abiertas. A la vez sorprende cuando asegura que, mientras nada, entra como en trance o suele ir cantando a la par de sus brazadas.
También impacta cuando reconoce que piensa en otros deportistas o se imagina situaciones adversas para superar sus propios límites.
“Un día me pegaron un codazo sin intención y, pese al dolor y a la sangre, seguí cuando desde la lancha me mostraron un cartel que decía Mascherano, a quien admiro por su temple y valentía. Otra vez, en Canadá, imaginé que se había hundido un bote y que yo tenía que llegar a la orilla para dar aviso. Tenía mucho frío, el agua estaba congelada y si no hubiese sido por esa motivación de salvar a la gente, habría abandonado… De hecho toqué la placa de llegada y me desmayé”,cuenta Geijo, quien ganó aquella carrera de 2014 y ese año terminó logrando uno de los cuatro títulos mundiales que tiene.
Pero esta porteña de 33 años no para de perseguir por nuevos desafíos. Ahora, en los primeros días de enero, intentará cruzar el Río de la Plata buscando un reto personal (bajar el récord) y, a la vez, cumplir con un fin solidario, ya que cada uno de sus sponsors hará donaciones, en especial Weber Saint Gobain, empresa que mejorará la infraestructura de un club de barrio de La Plata, justamente el lugar de la llegada.
“A mí me gustan las olas, el agua fría, la lluvia, en definitiva nadar en condiciones desfavorables, porque siento que las adversidades me fortalecen. Por eso el Río de la Plata, en el que nunca nadé, es mi nuevo desafío. Hace rato que quería hacerlo y ahora pude encontrar el hueco en mi calendario”, asegura Pili, que saldrá desde Colonia y arribará a Punta Larga. Aún no tiene claro qué día (del 2 al 10), porque se buscarán las mejores condiciones para cubrir esos 40 kilómetros. La idea es batir el récord (12 horas y 6 minutos) que está en manos de Noelía Petti desde 2014.
“Nunca es fácil nadar tanto tiempo, pero estoy entrenando a full y me va a servir para comenzar mi temporada en febrero, con la Santa Fe-Coronda”, explica. Cuando a Pilar le propusieron hacer el cruce, enseguida quiso sumarle la pata solidaria. Hace siete años se le despertó fuerte esa veta cuando fue de las primeras en ingresar a la Huella Weber, el programa benéfico de Weber Saint Gobain.
“Compartimos valores y es mucho más que un sponsor. Nos compromete en la acción y luego ayuda en la infraestructura en el lugar elegido. Este será mi cuarto proyecto concretado: primero fue el Ringo Boxing Club, después una escuela en Paraná y el último los vestuarios de la pileta del club Nueva Chicago. Ahora es un club muy humilde del barrio Monasterio que tiene una escuelita de fútbol y hacen todo a pulmón”, detalla ella.
Minuto Uno