Los motivos por los que tu iPhone funciona lento y las soluciones
Un iPhone comenzará a ir más lento con el paso del tiempo. Técnicamente las causas son de origen variado y no siempre suelen notarse a tiempo. Es una degradación relativamente progresiva que afecta a todos los smartphones de otras compañías también, y en mayor medida en muchas ocasiones.
Los motivos podemos dividirlos en tres grandes grupos: degradación física, nuevas funciones de un sistema operativo que poco a poco va centrándose en teléfonos más potentes, y la acumulación de datos útiles y “basura digital” en nuestras aplicaciones. Es decir, uno de hardware y dos de software.
El primero tiene que ver con el único componente que reduce su rendimiento con el paso de los meses en un smartphone: la batería. Cada vez que la cargamos, de forma completa o incompleta, la tecnología de iones de litio pierde un poco de capacidad. Hay docenas de métodos que automáticamente intentan reparar parte de esta pérdida. Pero es inevitable a largo plazo. Tras el primer año, una batería puede estar al 70-80% de su capacidad original, pero la pérdida puede ir más allá.
Y con esta pérdida de batería, el sistema operativo parece que reduce su rendimiento para consumir menos energía e intentar equilibrar.
¿Qué solución tiene este elemento? Cambiar la batería por una nueva con el paso del tiempo.
Volverán las horas perdidas y, también debería volver al menos parte del rendimiento perdido por la degradación de la misma.
En cuanto a los otros dos motivos citados al inicio, las nuevas versiones del sistema operativo y la acumulación de datos, las soluciones no son tan fáciles. Por suerte, son gratuitas. Hablemos primero de las actualizaciones de software. Cada varios meses, Apple envía una actualización de iOS, bien sea una actualización “mayor” (pasar de iOS 10 a 11) o una menor (de iOS 11.1 a iOS 11.2), o incluso una muy menor como pasar a iOS 11.2.1.
Si a todo eso le sumamos nuevas funciones en la cámara, un navegador web más potente, aspectos más interactivos, etc. que hacen que el sistema operativo consuma más y más. En un iPhone de última gama no tendrán demasiados problemas, pero el resto se pueden resentir. ¿Qué solución tiene? Dejar de actualizar el sistema operativo es peligroso, pero actualizarlo puede reducir su rendimiento de forma visible. ¿La recomendación?, si tu iPhone es “viejo” y no es una actualización de seguridad, déjalo así. En muchos casos es un mal menor porque lamentablemente, y con buen motivo, Apple no deja “deshacer” una actualización de forma sencilla.
Y para terminar, el último caso de degradación pasa por la acumulación de datos “buenos” y “malos” en nuestras aplicaciones. Con el paso del tiempo y a medida que usamos las apps en nuestro móvil, estas generan archivos obvios que podemos ver: fotografías que tomamos, archivos que generamos, etc. y también otros archivos ocultos a nuestros ojos. Son las conocidas cachés. WhatsApp almacena nuestras conversaciones, Facebook guarda las fotos de perfil de nuestros contactos para no descargarlas todo el rato, los navegadores web hacen lo propio con parte del contenido que hemos visitado, los juegos generan mucha información sobre sus modelos y texturas, etc. Todos estos datos comienzan a acumularse.
Es recomendable desinstalar las que no usemos nunca. Por último, las apps tienen una tendencia a “engordar” con el paso del tiempo añadiendo nuevas funciones y consumiendo más recursos, esto se puede acumular y hacer que nuestro móvil se sienta menos ligero. Una solución intermedia consiste en hacer una copia de seguridad de nuestros datos, restaurar el teléfono y volver a instalar las aplicaciones que sean necesarias.