Al final no lo bajaron, se bajó Ginóbili
“Lamento mucho las malas noticias. Estoy triste y desilusionado. Quería despedirme de la selección en la cancha y con mis amigos, pero no podrá ser”, escribió Emanuel Ginóbili en su columna del diario La Nación, donde había anunciado que iba explicar porque se quedó sin Mundial.
El jugador de San Antonio Spurs, de Texas (EEUU), contó los pormenores de su lesión y el proceso de decisión para determinar su ausencia en la Copa del Mundo de España. “Reapareció el dolor en el mismo lugar del peroné de la fractura original y eso, básicamente, le dio el golpe de gracia a las expectativas que tenía”.
Ginóbili explicó que la falta de actividad durante 42 días para poder recuperarse de la pequeña fractura en el peroné, lo hizo llegar a la concentración del equipo argentino en un estado físico penoso. “No pude entrenarme normalmente, correr ni saltar para no poner en estrés al peroné”.
‘Manu’ contó que realizó los trabajos físicos debidos en la pileta pero cuando pasó a la cinta comenzaron a surgirle dolores en el tobillo derecho y el pie izquierdo. Luego, cuando pisó el parquet, tiró al aro y esforzó más el físico, regresaron los dolores en el lugar de la lesión.
Los Spurs le habían pedido que no jugara el Mundial desde el primer momento en el que, en la revisión médica habitual de salida, una resonancia magnética generó la sospecha de que podía existir una fractura por estrés en el peroné. Una tomografía confirmó la lesión y las intenciones del equipo de la NBA. “Sólo una carta para jugar en esta situación, que era ignorar el pedido de San Antonio y buscar una suerte de mediación con un doctor asignado por FIBA”, sostuvo. Ginóbilli volvió a hacerse los mismos estudios pero esta vez en Argentina. Los médicos le transmitieron optimismo y buenos augurios.
La situación se complicó desde la parte legal. Un artículo en el acuerdo de la NBA y FIBA sobre la participación de los jugadores en sus selecciones, asegura que los basquetbolistas no estarán autorizados a jugar, si existiese una razonable preocupación médica sobre la posibilidad de que la participación pusiera en riesgo el físico del jugador.
“Esta cláusula me complicaba, porque ya tenían el poder legal para prohibirme jugar el Mundial”, explicó el bahiense. “Tenía sólo una opción, que era ignorar el pedido de San Antonio y buscar una suerte de mediación con un doctor asignado por FIBA para que definiera si dicha “preocupación” era razonable o no”.
Ginóbili argumentó que la situación más delicada y definitiva fue el dolor en la zona de la lesión. Ese fue el punto de inflexión para tomar la decisión de no ir al Mundial. Una decisión que le impidió la posibilidad de ir a la última Copa del Mundo de su carrera