Xbox One X, la consola más potente con 4K y HDR
Xbox One X se pondrá a la venta el próximo 7 de noviembre en todo el mundo, con el título de “la consola más potente del mundo”. Se trata de una máquina compatible con todos los juegos y accesorios de Xbox One y Xbox One S, capaz de alcanzar la resolución 4K nativa, 60 FPS y HDR, con sonido Dolby Atmos. Una máquina con 6 teraflops de potencia que pasamos a analizar pormenorizadamente. Después de leer este artículo, podréis saber si Xbox One X (antes conocida como Project Scorpio) es la consola que se ajusta a vuestras necesidades.
Lo primero que Microsoft ha aclarado es que Xbox One X no pertenece a una nueva generación, sino que se trata de una máquina “puente” que nos abre las puertas al futuro, con la tecnología más avanzada del momento, aplicada sobre los juegos de Xbox One.
Xbox One X cuenta con una CPU de ocho núcleos X86 a medida a 2.3GHz (31% más rápidos que los de Xbox One) y una GPU de 40 unidades de computación a medida a 1172 Mhz, lo que permitirá a la consola rendir a gran velocidad. Además, tendrá un ancho de banda de memoria de 326GB/s y un disco duro de 1TB de 2.5 pulgadas.
Además, la máquina cuenta con 12 GB de memoria GDDR5 unificada a 6.8GHz en una interfaz de memoria de 12 canales de 32 bits (384 bits en general). Esto no afectará directamente a la potencia de la consola pero sí supondrá el fin de la segregación de memoria RAM y ESRAM de la Xbox One y dará mayor facilidad a los desarrolladores a la hora de crear sus juegos para esta consola gracias a su estructura más similar a la de PC y PS4.
De estos 12GB de memoria, 8 estarán disponibles para los desarrolladores y 4 se reservarán al sistema. De aquí se concluye que Xbox One X tendrá 1GB extra de memoria reservada en relación a Xbox One, un extra necesario para poder mover los juegos a resolución 4K nativa. En este apartado, los juegos contarán con un 60% más de memoria y el disco duro de 1TB tendrá un 50% más de ancho de banda para garantizar tiempos de carga consistentes.
El diseño exterior es muy sobrio, con acabados mate, líneas rectas y un tamaño similar a Xbox One S (aunque sin las perforaciones en la parte superior). La consola es extremadamente silenciosa, aunque después de un rato encendida hemos notado que se calienta la parte superior. Las dimensiones de la consola son 30 x 24 x 6 cm. Y el peso de la máquina es de 3,8 Kg.
El mando de control es el mismo que en Xbox One S, pero en color negro mate en lugar de blanco. Las diferencias con el gamepad de la primera Xbox One radican en que la parte inferior es rugosa: igual de ergonómico que el original, pero antideslizante. Es uno de los mejores mandos inalámbricos que se han diseñado nunca, así que no hacía falta cambiar nada. El único aspecto negativo es que funciona con dos pilas AA (incluidas en el pack inicial de la máquina), aunque permite que compremos un kit carga y juega.