El argentino que sobrevivió a los dos terremotos de México
Es empresario y exjugador de fútbol. Estuvo el 19 de septiembre de 1985 y ayer en el Distrito Federal.
Mario Favaretto vive en México desde 1981. Era jugador del Toros Neza cuando ocurrió el terremoto el 19 de septiembre de 1985. Ayer, 32 años después, la tierra volvió a temblar y él se encontraba por segunda vez en medio de un terremoto. “Septiembre de 1985 fue muy duro. Yo estaba durmiendo, recuerdo que eran las 7 de la mañana. En ese momento vivía en una zona bastante sólida en lo que era la villa olímpica. Me levanté asombrado por el temblor, era un movimiento bastante fuerte, pero no se sentía tanto donde yo estaba como en el DF. En un primer momento me causaba gracia como se movía una chimenea, para mí era una experiencia nueva. Después me enteré de que en la capital se había caído media ciudad, no lo podía creer”, explica Favaretto.
El martes estaba jugando al tenis cuando ocurrió el terremoto de 7.1. “Se movía. Fue una sensación muy distinta a la de 1985. Todos lo vivimos con mucho temor. Uno calcula, especula, de cuánto habrá sido uno en comparación con el otro. Es como lo que hace la gente de campo que sabe a ojo cuántos milímetros cayeron. Nosotros hacemos lo mismo con los temblores”, cuenta el argentino, dueño de un restaurante.
“Ayer miré hacia arriba y vi como caía la mampostería. Se sabía que era algo muy, muy fuerte y por eso hoy estamos todos de luto. De todos modos creo que con la capacidad de reacción de Defensa Civil y la sociedad, no tengo dudas de que en diez días va a estar funcionando todo con normalidad”.
La gran diferencia que encuentra Favaretto es la ventaja de las redes sociales. “Si bien colapsó la red en los primeros minutos, después pudimos informar a nuestras familias sobre cómo estábamos. En el terremoto de 1985 había mucha gente durmiendo por la hora en que sucedió. Este fue a las 13.15, había muchas personas en la calle. Eran ríos de gente que pasó por lo peor”, cuenta.
Lo que más destaca el empresario es la solidaridad de los mexicanos. “La gente tanto en este como en el otro, se acercó hasta los más necesitados, colaboró, dijo presente. Algunos hasta hicieron cadenas humanas espontáneas para sacar los escombros de los edificios”.