viernes, noviembre 22, 2024
Espectáculos

Escalofriante relato de la exniñera de las hijas de “La Tota” Santillán

En enero de este año Daniel La Tota Santillán (49) aseguró que se había separado porque su mujer, Sol Fiasche (28), se había enamorado de la empleada doméstica. “Decidió vivir con la empleada doméstica, Yanina Cuadra. Era nuestra empleada y ahora vive con ella. Qué va a hacer…Tengo fotos de esta chica vestida con la ropa de mi mujer. En su estado de WhatsApp pone ‘la locura más linda fue enamorarme de ti, nena’. Así la descubrí yo. Tenía dudas, algo intuía… Esto fue hace casi un año”, fue el relato del conductor sobre la mujer que también cuidaba a sus hijas Camila (6) y Mía (5).

Después de la denuncia y de que la Justicia interrogara a las menores en cámara Gesell, se comprobó que sus dichos eran falsos. En medio del escándalo que vive actualmente el conductor –que estuvo internado en un neuropsiquiátrico– apareció Yanina, quien relató los episodios que vivió con La Tota cuando era empleada de Sol Fiasche.

“Yo entré a trabajar con Sol cuando ellos ya estaban separados. Él me llamaba a cualquier hora de la madrugada para despertarme y que me fijara si Sol estaba en su pieza, si comía, si salía… Quería como que yo fuese la espía, que la siga a Sol”, contó Yanina Cuadra en un audio este lunes en Intrusos. “A mí no me correspondía. Sol me dijo que no lo atienda más y que cuando fuera a su casa y ella no esté, que no le abriera la puerta”, continuó.

“Un día vino, Sol no estaba, intenté explicarle que no podía dejarlo pasar y empezó a golpear las ventanas, las puertas. Me gritaba ‘Marimacho, me quitaste a mi mujer. Te voy a matar. Salí de ahí’. Le decía a la gente que pasaba por la calle que yo era un marimacho. Ahí empezó esta batalla. Se hizo un Facebook con fotos y apellidos de mis familiares”, agregó la mujer, que recibió una denuncia del conductor por corrupción de menores.

La Justica no comprobó la denuncia de La Tota y Cuadra fue sobreseída. Para ese entonces, ya se había ido al interior: “Me acusó de corrupción de menores. Eso es lo más duro. Verme en un noticiero… Me fui a Tucumán porque no daba más sola, pero allá la gente me miraba con desprecio”.

En medio de un ataque de llanto, Yanina aseguró que le da miedo cada vez que ve a La Tota sentado en un programa de televisión: “Me da pánico, impotencia, dolor y rabia. Jamás le hice nada, solo les brindé cariño y cuidé muchísimo a sus hijas. Lo único que pido es paz. El daño que me hizo es imperdonable”.

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