viernes, noviembre 22, 2024
Sociedad

Caso Maldonado: gendarme admitió que entró armado a la zona de los mapuches

 

Lo declaró hoy el chofer de la camioneta que ingresó a la zona mapuche donde hubo persecución de manifestantes. Aunque dijo que no la usó, el testimonio desmiente la versión de la fuerza acerca de que nadie portaba armas de fuego.

Tres gendarmes que declararon hoy en Esquel por el caso Maldonado, el último de ellos el chofer Martín Lozano, que negó haber portado armas en el operativo contra los mapuches, pese a una orden contraria.

Ahora se sabe que los gendarmes lanzaron piedras, dispararon armas antimotín y llegaron al río. De lado indígena quedó probado que el testigo clave, Matías Santana (que dijo haber visto como tres agentes se llevaban a Maldonado), describió situaciones que chocan entre sí.

La última novedad del caso es que está confirmado que uno de los gendarmes que ingresó a la zona ocupada por los gendarmes en Cushamen estaba armado con su pistola 9mm. Pero en total podrían sumarse otros tres casos en similares condiciones.

El dato de los gendarmes armados contradice la información original de la fuerza en la cual se negaba que hubiera personal con armas de fuego dentro y fuera del lugar en el que se produjo la persecución a los manifestantes que habían cortado la ruta, entre los que pudo haber estado Santiago Maldonado.

Ayer declaró ante la Justicia Federal Andrés Ahumada, cabo 1° y chofer de una camioneta Ford Ranger del Escuadrón 36 de Esquel. Según informó Gustavo Dalzone, abogado de Gendarmería, Ahumada reconoció que entró armado de su 9mm a bordo del móvil. Según su testimonio, no bajó del vehículo.

“Es una obligación para los choferes llevar su arma para brindar seguridad a los demás que van desarmados”, dijo el abogado. “Los choferes tienen que llevar su pistola y la fuerza investiga internamente tanto quien llevó su pistola como quién, teniendo que hacerlo, no la tenía”, agregó. Ahumada condujo una de las dos camionetas que acompañó en primer momento al grupo de 30 a 40 gendarmes liderado por el comandante segundo del Escuadrón 36, Juan Pablo Escola.

“Los que íbamos a pie seguimos avanzando hacia los fondos del terreno donde corre un brazo del río Chubut. Nunca estuvimos a distancia de ninguno de los manifestantes como para poder realizar alguna aprehensión, o trabar en lucha, y mucho menos infringir heridas con las municiones anti tumulto. El alcance que tiene esas municiones no es mayor de 15 metros y es relativo acorde a las condiciones meteorológicas. Nosotros estábamos mucho más lejos que esa distancia. Llegamos hasta que el terreno hace un declive bastante pronunciado hacia el río. Yo nunca llegué hasta el río, vi gente en cercanía pero la posición no era la óptima porque estábamos en desventaja ya que en el río había árboles, troncos cortados, no era buena la visibilidad ni la posición por eso ordeno el repliegue hacia el sector donde está la casilla. En el área esa, es como circular, yo no vi ningún civil, sí se escuchaban gritos del río increpándonos”, expresó un gendarme.

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