Prigioni se convirtió en el entrenador de Baskonia, el equipo de la Liga ACB que lo adora
Pablo Prigioni arranca una nueva vida en el básquetbol: superado su retiro como jugador en enero pasado, se convirtió en entrenador por dos temporadas de Baskonia, el equipo en el que brilló cuando se denominaba Tau Cerámica, donde se adjudicó una Liga ACB, tres Copas del Rey y cuatro Supercopas.
En el anuncio de su contratación, el club vitoriano fue generoso en elogios por el pasado de Prigioni como basquetbolista de la entidad: “Uno de los pilares del panteón baskonista, Pablo Prigioni, se convierte en el nuevo entrenador del conjunto azulgrana de cara a las dos próximas campañas. Este símbolo del ‘Carácter Baskonia’ impartirá desde el banquillo vitoriano todos los conocimientos acumulados en sus más de dos décadas de trayectoria como jugador de élite”.
El comunicado agrega líneas del mismo tono: “Identificado absolutamente con los valores y la filosofía de un Club en el que ha logrado sus mejores éxitos como jugador profesional, Prigioni ha formado parte de alguna de las plantillas más recordadas de la historia de la entidad”.
El base de Río Tercero es reconocido no sólo en la Argentina por sus logros, sino que también en Europa su apellido está considerado en la elite, y allá siempre se destaca su intelecto para interpretar el juego. En una pequeña encuesta que se realizó en 2016 entre 20 especialistas argentinos y españoles, se consultó por el quinteto histórico de los jugadores albicelestes en la ACB, la liga de España. Apenas dos periodistas no eligieron a Prigioni como el base de ese seleccionado; los que no se inclinaron por el cordobés lo hicieron por Pepe Sánchez.
Otro hecho que permite dimensionar la importancia del cordobés: luego de quedar libre de Fuenlabrada, en 2001, el base aceptó jugar en un club de la segunda categoría, Lucentum Alicante. Allí, de la mano de Julio Lamas, logró la Copa del Rey y ganó el campeonato. Y de ahí saltó a Tau Cerámica. Pero su huella fue tan profunda en Alicante que el argentino fue elegido por los fanáticos como el mejor base de la historia de Lucentum, incluso por encima del notable José Calderón y de Pepe Sánchez. Ahora, Prigioni hará la lectura del juego desde el banco.
Fuente: La Nación