Prisión perpetua a Farré por unanimidad
Fue la decisión unánime del jurado de 12 personas en el Tribunal Oral 2 de San Isidro tras varias horas de deliberación.
El ex empresario Fernando Farré fue declarado culpable y condenado a prisión perpetua por el femicidio de su mujer Claudia Schaefer, que tuvo lugar en la casa de fin de semana que habían alquilado en el country Martindale.
La sala de audiencias aplaudió de pie el fallo que comunicó el jurado. Mientras, la hermana de Farré rompió en llanto. Las fiscales se cruzaron en un abrazo.
“Es prisión perpetua”, confirmó una de las fiscales, el delito por el que fue condenado es “homicidio doblemente calificado por el vínculo y femicidio”.
El abogado querellante, Jorge Sandro, dijo además que el tribunal accedió a aplicar también la privación de la patria potestad en el tiempo que dure la condena y la inhibición de todos sus bienes. Y aclaró que recién podrá pedir su excarcelación “al cumplirse 35 años de ejecución de la pena”.
El conmocionante crimen tuvo lugar el 21 de agosto de 2015 cuando Schaefer (44) fue junto a su abogado a la casa de fin de semana que el matrimonio alquilaba en el country Martindale para retirar sus pertenencias, en el marco de un conflictivo divorcio que ya incluía una denuncia de la víctima en la Oficina de Violencia Doméstica de la Corte Suprema de Justicia y una exclusión de hogar del imputado del domicilio que compartían en el barrio porteño de Recoleta.
En un momento, Schaefer y Farré quedaron solos y fue cuando el ex empresario la degolló en el vestidor de la habitación matrimonial. Él le aplicó 66 puñaladas. En el juicio, que se extendió por siete largas jornadas, el jurado popular debía decidir si Farré era condenado a prisión perpetua, si actuó bajo un estado de emoción violenta o si es inimputable.
Durante el debate se presentaron numerosas pruebas que mostraban cómo Farré maltrataba y humillaba a la víctima a través de mensajes de audio y de texto que fueron reproducidos durante las audiencias. En uno de ellos, el imputado anunció que le daba lo mismo terminar preso o muerto antes que abandonar el departamento del barrio de Recoleta de donde había sido expulsado por la Justicia.
Algunos audios son mensajes de voz enviados por Farré a Schaefer y otros son grabaciones que la propia víctima hacía en forma oculta con su smartphone cuando su esposo la maltrataba.
“No tengo problema en terminar preso. Antes de que me saques de acá me voy en posición horizontal o porque voy a Ezeiza. Esta casa se la compré a mi familia, no te va a quedar a vos, la plata acá la manejo yo. Que te quede bien claro”, agrega el ahora imputado en el mismo audio.
“Me chupa un huevo mi familia. No verte a vos no me mueve la aguja. Tengo la sangre muy fría”, es otra de las frases de aquel día.
Cuatro días antes del crimen, cuando el imputado ya había sido desalojado del departamento de Recoleta por orden judicial, Farré le dijo a su esposa: “Hiciste un plan perfecto para sacarme de la casa cuando lo podías haber hecho de otra manera, me humillaste, me echaste de Libertador, no tengo nada, no me dejaste que te diga la propuesta que te iba a hacer”.
Horas más tarde le decía: “Me interesan todos y cada uno de los bienes materiales del departamento de Libertador. Me interesa hasta el último ladrillo. Todo es fruto de mi trabajo y tiene que ver con mi historia familiar. Vos me pegaste donde más me duele. Vos me echaste de la casa sabiendo que eso me dolía. Entre preso o muerto me da lo mismo. Si no me dejás ingresar a Libertador buscate otro padre para los chicos. Esto o torturarme es lo mismo”.
También se recuperaron audios de la víctima en la que, tres días antes de ser asesinada, Schaefer le reprochaba a su marido el maltrato.
“Me maltrataste los 17 años que estuvimos juntos. Estuve tantos años porque sabía que ibas a reaccionar así, violentamente cuando quisiera dejarte”, decía la mujer el 18 de agosto de 2015 para luego añadir: “Sos un abusivo, psicopateás a la gente, no sos ningún tonto… Este matrimonio se terminó porque siempre me menospreciaste vos sos lo más importante en tu vida, te importa este departamento y lo que menos te importa son tus hijos”.
Los maltratos también quedaron asentados por declaraciones de testigos que relataron lo que Schaefer les contaba sobre sus padecimientos como cuando su esposo por las noches, cuando ella ya estaba durmiendo en el cuarto de su hija adolescente, la despertaba apuntándole con un velador a la cara y le decía: “Tenemos que hablar”.
Otros testigos contaron que en una ocasión Farré tiró a Schaefer de las cama con una patada, que le revoleaba almohadones, que le sacaba fotos desnuda mientras se duchaba o que la humillaba con su físico.
Una de las empleadas domésticas contó que en una oportunidad Schaefer se fue a trabajar con los ojos irritados porque su marido le había rociado todo un perfume en el rostro.