El hombre que mató a dos mujeres en la cárcel de Salta fue trasladado porque temía por su vida
Gabriel “Chirete” Herrera, probablemente el único hombre en el mundo que mató a dos mujeres en el interior de una cárcel, fue trasladado del penal de la ciudad de Salta a la penitenciaría de Orán, debido a las constantes amenazas que denunció haber recibido por parte de otros reclusos.
Fuentes judiciales informaron que la defensa de Herrera, quien cumplía condena en la Unidad Carcelaria 1 del servicio penitenciario de Salta por el femicidio de la joven Verónica Castro, perpetrado en 2006, había solicitado su trasladado en tres oportunidades, luego de asesinar a su última pareja, Andrea Neri, de 18 años, durante una visita privada.
Tras rechazar las dos primeras presentaciones, el juez Diego Rodríguez Pipino aceptó finalmente el pedido y emitió la orden de traslado, argumentando que los reclusos alojados en el penal capitalino lo amenazaban constantemente y su integridad física corría peligro.
Según informaron fuentes del caso, el redireccionamiento se ordenó de manera confidencial para evitar intervenciones públicas y se escoltó a Herrera con un fuerte operativo policial en su viaje por tierra hacia la ciudad norteña, donde se mantiene aislado del resto de los presidiarios.
En cuanto a los procesos judiciales en su contra, no se informaron avances concretos en la última causa, en la que Herrera se confesó culpable. En ese marco, cumple condena exclusivamente por el femicidio de 2006.
El 26 de marzo de ese año, el hombre asesinó a su entonces esposa, Verónica Castro, quien lo visitaba en la cárcel donde estaba preso desde 2003 por estafa y robo calificado.
Tenían dos hijos, uno de 9 años y otro de 4. Por entonces, él y su hermano estaban detenidos en Villa Las Rosas. Por problemas con su familiar, lo trasladaron al penal de Metán. Hasta allí fueron a visitarlo Verónica, los dos nenes y Angélica, la suegra de Herrera-. El preso les dijo que le dolía el estómago por una gastritis.
En ese momento, la mamá de Verónica le dijo a la mujer que lo acompañara a la enfermería. Él la llevó por un lugar, habló con un guardia, la hizo pasar como si fueran a una visita privada y ahí la empujó contra la pared. La tiró al suelo y con una remera roja la ahorcó. El asesino fue condenado, pero 11 años más tarde repitió la historia con otra pareja.
En enero de este año, Andrea Neri, quien conoció a Herrera en la cárcel, durante una visita a su primo preso, se convirtió en su segunda víctima del hombre con el que tenía un bebé de dos meses: lo visitó en la celda 372 del pabellón E, tercera planta, del penal de la localidad salteña de Villa Las Rosas. Sin explicación alguna y en pocos minutos, el hombre salió con el menor en brazos y le confesó a los guardias lo peor: “Maté a mi mujer”. (Infobae)